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El salvajismo humano en la obra de Fernando Cortés

El artista expone en el MIN “Corazones hechos carne molida”, un llamado a despertar de la indiferencia

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18.07.2018

Tegucigalpa, Honduras
Fernando Cortés vuelve a abordar en su obra el tema de la violencia y el maltrato, pero, a diferencia de su proyecto anterior -Sweet Dreams-, que hablaba sobre la mujer, esta vez su enfoque es la naturaleza.

“Corazones hechos carne molida”, que ocupa una de las salas del Museo para la Identidad Nacional (MIN), es una muestra dividida en dos etapas que expone la violencia y el maltrato del hombre hacia sus recursos naturales.

La exposición abre con “Aquí estuvo el antropomorfo”, conformada por cáscaras de huevo de gallinas de granja pintadas con tintes orgánicos. Aquí el artista aborda el tema relacionado con los procesos de intervención animal y cómo la sociedad consumista exige que todo tenga un ritmo más acelerado de producción, aunque al llegar a este fin se ponga en riesgo la salud.

La segunda fase de la muestra aborda la destrucción de la naturaleza y la agricultura. A través de la figura de Quetzalcóatl, el principal dios de la cultura mesoamericana (mexica, tolteca, teotihuacana, maya y olmeca), Cortés lleva al espectador por un recorrido que tiene varias fases.

La primera representa la custodia que hace Quetzalcóatl sobre el maíz morado, una referencia sobre la erradicación del policultivo para instalar el monocultivo, una práctica que ha afectado al sector campesino y que ha sepultado una herencia dejada por los antepasados. En esta primera pieza, coloridas serpientes hechas de azúcar vigilan el maíz morado, uno de los granos más representativos de nuestras etnias. Es como si Quetzalcóatl estuviera protegiendo los últimos momentos de nuestra cultura.

En la siguiente fase, el dios maya está reducido a cenizas, destruido por el consumismo y la intervención del hombre que por siglos ha ido provocando la destrucción ambiental, agravada en este siglo. Cenizas, huesos calcinados y plumas de aves generan un escenario desolador y desesperanzador.

Esta exposición de Fernando Cortés está abierta en el MIN de martes a domingo hasta el 2 de septiembre

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