Tegucigalpa, Honduras
Gabriel Vallecillo participó por tercera ocasión en el Festival de Luz y Vanguardias, de Salamanca, España.
“Liminal” fue el videomapping que el hondureño presentó como artista invitado en la tercera edición de este evento que reunió en competencia el trabajo de 30 empresas y creadores individuales que en junio proyectaron sus obras en la fachada del Ayuntamiento de Salamanca.
En 2017 el artista junto con la hondureña radicada en España, Heleci Ramírez, obtuvieron el Premio del público en este festival por su obra “Xibalbá”, tras haber participado en 2016 con “El cielo de Salamanca”.
Vallecillo desde 2014 trabaja con el videomapping, una disciplina en la que ha destacado mucho fuera de Honduras, logrando mostrar su trabajo junto a otros creadores latinos y europeos en este festival que se ha posicionado fuertemente en España.
La obra
“Liminal” es la pieza más interior y dramática en el trabajo de videomapping de Gabriel Vallecillo, y es el resultado de años de formación y búsqueda en los que el artista se ha arriesgado para mostrar una pieza fuera de lo tradicional en esta área.
Gabriel Vallecillo señaló que “Liminal” es una obra atípica, ya que en el videomapping se utilizan animaciones y efectos especiales en un proceso completamente digital, mientras que esta propuesta conllevó una preproducción videográfica que involucró a dos bailarines: Isadora Paz y Lempira Jaén.
El proceso de la obra tuvo cuatro partes: la concepción, la filmación de la danza, la transformación de este material videográfico en información digital y la realización del videomapping.
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Vallecillo dijo que la obra es sobre la liminalidad, que es el término que se utiliza para referirse a la ambigüedad del ser humano, a la condición de no estar en un lado ni en el otro, sino en medio de una frontera, “estás en un lugar en el que carecés de contexto, de dónde agarrarte y estás prácticamente perdido porque no hay nada que puede definir en dónde estás”, detalló.
Es así que Isadora Paz y Lempira Jaén están en un espacio que se reduce a la infraestructura del Ayuntamiento de Salamanca, cuya fachada es para los bailarines como la jaula de la que no pueden salirse mientras se debaten en una danza dramática, enérgica y a veces reposada. La desesperación es notoria en los cuerpos que se mueven teniendo de fondo la oscuridad, el vacío.
“El espacio liminal representa una completa incertidumbre social, intelectual, espiritual y física, estás en un espacio nulo en el que no podés discernir un mundo real”.
De esta manera Gabriel Vallecillo da muestras de un trabajo más maduro, elaborado con una libertad que se conquista gracias a la experiencia.
Para el artista el hecho de no haber participado como competidor, sino como invitado, también le dio una libertad creativa y artística que se vio reflejada en su propuesta.
