san pedro sula
En una emotiva ceremonia en el Club Hondureño Árabe, la fundación Obras Sociales Vicentinas (Osovi) realizó la cuarta edición del Premio Quetglas 2017, que en esta ocasión elevó la silenciosa y admirable labor de la dama Olga Manuela Zelaya.
Al evento en el que fue reconocida la creadora y pilar de Casayuda, que atiende a niños con capacidades especiales, asistieron alrededor de 400 personas, que aplaudieron con orgullo el tan merecido homenaje a la fundadora de este centro ubicado en Comayagua, quien a pesar de las limitaciones físicas que la aquejan actualmente, sigue siendo ejemplo de bondad y un gran referente del altruismo en nuestro país.
En un ambiente de ovaciones y con la humildad que la caracteriza, la dama recibió el reconocimiento con gratitud a Dios y a todas las personas que han hecho posible su incansable proyección. Junto a ella recibieron mención especial los finalistas del Premio Quetglas 2017, Raúl Lazo, de Risoterapia Honduras; Rafael Domínguez, de Casa Hogar Bencaleth, y Milton Fonseca, gestor de desarrollo y proyectos comunitarios para aldeas de la zona sur del Distrito Central. La noche se tiñó de nostalgia al recordar que esta es la primera edición que se festeja con la ausencia del padre Antonio Quetglas, el recordado párroco que se convirtió en uno de los mayores exponentes del altruismo en Honduras y que falleció el pasado junio. Jorge Rivera, ejecutivo de Banco Ficohsa, patrocinador oficial de este homenaje, en su discurso hizo un llamado a imitar el ejemplo de amor al prójimo.
El obispo de la Diócesis de San Pedro Sula, monseñor Ángel Garachana, dio la bendición; Chester Thomas, ganador de 2016, se encargó de la reflexión, y Jesús Canahuati, por Osovi, agradeció a todos por su respaldo a la fundación.
Seguidamente se proyectó un video documental con la vida del padre Quetglas, así como del papa Francisco, para recordar el legado de estos dos siervos de la Iglesia Católica que con su influencia positiva han tocado muchos corazones
