Estados Unidos
La industria del espectáculo es esclavista de la perfección. Aplasta como un pie gigante a cualquiera que no cumpla con las medidas perfectas, su talento debe ser sumamente desbordante para que la “imperfección” sea perdonada.
Existen famosas que han caído en las garras de terribles señalamientos, solo hay que ver los más recientes casos de Mariah Carey y Rihanna.
Los sitios de Internet y las redes sociales se han inundado con las imágenes de Carey en leotardo, luciendo una figura mucho más rellena que la curvilínea de antes, y que otrora la hizo famosa -además de su voz-. Y qué decir de Riri, la sensual chica de Barbados que en este 2017 cometió la osadía de subir de peso y privar a sus seguidores de una figura tonificada y con poca grasa.
Así como ellas, no se han librado de las fuertes críticas otras como Demi Lovato, que en su adolescencia sucumbió a las presiones y cayó en desórdenes alimenticios, o Christina Aguilera, que reclamó su derecho a subir de peso sin que las amenazas de bajas ventas en los discos significaran gran cosa para ella.
Sin olvidar a Hilary Duff, que hace unas semanas dejó claro que no le importa si no está tan delgada como antes o si su piel tiene celulitis, “mi cuerpo me ha dado el regalo más grande de mi vida: Luca, hace cinco años. Estoy cumpliendo 30 años en septiembre y mi cuerpo está saludable, y me lleva a donde tengo que ir”, escribió la artista, quien no cederá ante quienes intentan avergonzarla por su cuerpo.
La industria del espectáculo es esclavista de la perfección. Aplasta como un pie gigante a cualquiera que no cumpla con las medidas perfectas, su talento debe ser sumamente desbordante para que la “imperfección” sea perdonada.
Existen famosas que han caído en las garras de terribles señalamientos, solo hay que ver los más recientes casos de Mariah Carey y Rihanna.
Los sitios de Internet y las redes sociales se han inundado con las imágenes de Carey en leotardo, luciendo una figura mucho más rellena que la curvilínea de antes, y que otrora la hizo famosa -además de su voz-. Y qué decir de Riri, la sensual chica de Barbados que en este 2017 cometió la osadía de subir de peso y privar a sus seguidores de una figura tonificada y con poca grasa.
Así como ellas, no se han librado de las fuertes críticas otras como Demi Lovato, que en su adolescencia sucumbió a las presiones y cayó en desórdenes alimenticios, o Christina Aguilera, que reclamó su derecho a subir de peso sin que las amenazas de bajas ventas en los discos significaran gran cosa para ella.
Sin olvidar a Hilary Duff, que hace unas semanas dejó claro que no le importa si no está tan delgada como antes o si su piel tiene celulitis, “mi cuerpo me ha dado el regalo más grande de mi vida: Luca, hace cinco años. Estoy cumpliendo 30 años en septiembre y mi cuerpo está saludable, y me lleva a donde tengo que ir”, escribió la artista, quien no cederá ante quienes intentan avergonzarla por su cuerpo.
