Tegucigalpa, Honduras
Una mirada al pasado histórico de El Salvador y una perspectiva centroamericana de la importancia del arte son parte de la exposición retrospectiva de Juan José Figueroa Tenas.
El Salón Cultural de Banco Atlántida es el espacio donde el embajador de El Salvador en Honduras, con el apoyo del Instituto Hondureño de Cultura Interamericana (IHCI), celebra con una muestra fotográfica sus 33 años de trayectoria en esta disciplina.
Su labor como fotógrafo llegó de la misma forma que la diplomacia: sin que lo hubiera planeado, pero ha sido algo que le ha permitido ligarse al pueblo.
Para la recopilación de esta obras que integran su muestra, Juanjo Tenas, como se firma en la fotografía, tuvo que hacer un ejercicio de memoria, doloroso, pero también alegre.
“Es un ejercicio de memoria que, quiérase o no, ha traído ciertas historias dolorosas, pero creo que la fotografía sirve para eso, para plasmar y poder recordar.
Hay fotos de 1984, de hace 33 años, entonces fue recuperar un poco todo eso”, expresó Tenas, quien en 1984 fue llamado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) para fotografiar diferentes momentos de la guerra civil de El Salvador.
“Es complicado porque he estado tratando de recuperar archivos dentro de esta trayectoria, revolver negativos, escanear, ver en esas fotos a gente que ya no existe, que murió en la guerra y que pudo haber muerto después, no deja de ser complejo”, señaló el fotógrafo y diplomático.
Si en los 80 Tenas registró un proceso crítico en la historia de su país, actualmente el artista del lente trabaja en una serie de fotografías que ha titulado “Centroamérica positiva”, en la que retrata a artistas de la región en espacios públicos, como un mensaje de que el arte puede combatir la violencia; igualmente sigue en proceso su serie de desnudos, que ya mostró en El Salvador y Nicaragua.
El crítico de arte Ramón Caballero señaló que en el trabajo de Tenas, en cuanto al tratamiento formal 'se puede destacar el viaje, casi cronológico, de la monocromía a la policromía, del papel al vinil, del pequeño formato al grande, de los grupos figurativos a los elementos aislados y de la escena al cuerpo. De conjunto, esto puede leerse como una gran metáfora de su concepción, que partiendo de lo objetivo y colectivo llega a explorar lo subjetivo e individual; y sin embargo, ninguna fotografía en su sentido y forma desea la exclusión, la represión de su contrario'.
