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Depresión y fama, una combinación explosiva

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10.08.2017

Tegucigalpa, Honduras
La depresión es una enfermedad de la que mucho se habla y de la que poco se entiende. El reciente caso de Sinéad O’Connor es una prueba de que la gente cree que quien padece depresión tiene el control de su trastorno, que solo basta con que un día la persona se levante con actitud positiva, pero no es así.

Y ya que los famosos son personajes que están bajo la mirada pública, sirven de ejemplo para tratar de comprender esto. El primer caso es el de O’Connor, que es una muestra de que una persona depresiva pierde la esperanza y en su mente se establece el pensamiento de que lo mejor es acabar con su vida.

El cantante Aaron Carter es prueba del desequilibrio que puede sufrir la vida de una persona depresiva y adicta. Y el punto crítico es Chester Bennington, cuya depresión lo llevó a terminar con su vida. Pero la gente, lejos de querer entender, toma la vía fácil: hacer escarnio de las enfermedades de otros.

Para comprender más esta situación consultamos a la psicóloga Patricia Mackay, quien señala que la depresión puede sufrirla cualquier persona, desde la que no tiene ni un cinco en el banco hasta la que tiene una cuenta de millones de dólares.

Los artistas, en especial, pueden tener mucho dinero, estar atendidos por decenas de personas y aun así desencadenar un cuadro depresivo, porque si bien este trastorno puede ser desarrollado por un factor externo, como la muerte de un ser querido o una enfermedad propia, a veces las personas no saben ni por qué están así.

Jim Carrey. Sus dos matrimonios fallidos lo dejaron sumergido en un cuadro depresivo que lo llevó a medicarse para poder superar este trastorno. Su salud mejoró notablemente.

Jim Carrey ha tenido que luchar en varias ocasiones contra la depresión.

“A la gente se le olvida que los artistas son personas y las personas tienen historias de vida, que tienen sustancias químicas y que en cualquier momento se le puede presentar un desequilibrio de sus neurotransmisores, que sucede cuando se altera por ejemplo la serotonina, la dopamina, todas estas sustancias que llamamos neurotransmisores, que resulta que desencadenan cuadros, sobre todo, en el estado de ánimo”.

A veces quienes están cerca de estas personas ni cuenta se dan de lo que están pasando, como el caso del vocalista de Antivirus y la banda de los Cien Años, Gustavo Moreno, una persona llena de vida, de alegría y que luchó tanto por su música y por crear espacios para los artistas, y que de un momento a otro tomó una decisión determinante.

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La psicóloga señaló que hay depresiones reactivas, que se generan con rapidez y que provocan en las personas episodios depresivos profundos en corto tiempo, situaciones así no dan a los demás el tiempo de dimensionar lo que está pasando.

“Una persona puede llegar al borde de la desesperación en un pequeño período de tiempo, otra persona puede haberla gestado por años”.