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Tierra Adentro: Villa de San Francisco, cuna de tradiciones y reverencia a la naturaleza

Este hospitalario municipio es una perfecta representación de la esencia de Honduras

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24.02.2017

Villa de San Francisco, Honduras
A tan solo 60 kilómetros de Tegucigalpa, por una carretera totalmente rodeada de vegetación que invita a la desconexión del ruido cotidiano, se llega hasta la Villa de San Francisco, un rincón catracho donde se hallan los mejores tesoros: cordialidad, naturaleza y tradición.

Este municipio que fue fundado el 22 de agosto de 1923 está situado en una zona bendecida por la madre naturaleza. El mayor orgullo de sus habitantes es la empinada montaña Capiru, una zona predilecta para practicar senderismo o simplemente para relajarse entre hermosos panoramas y cánticos de las aves.

Cada mañana los pobladores de la Villa de San Francisco se movilizan por la zona repleta de casas coloridas, calles empedradas e históricos edificios que datan de la época colonial.

Mientras recorren el lugar que los vio nacer, llama la atención la amabilidad que reina en el sector. No hay transeúnte que no intercambie un cordial saludo con otro vecino.

'Villa de San Francisco es así', dice su alcalde Janio Borjas. Una vez que se ingresa al interior de cada casa, de cada familia, y notas cómo hablan, cómo se relacionan, cómo viven, encuentras el verdadero tesoro, una experiencia totalmente fascinante para nativos y extranjeros.

Durante todo el día la gente se mantiene activa, entran y salen de la pulpería, cruzan el parque y visitan los negocios. En la calle se ven muchachas bonitas tomándose selfies, estudiantes, niños y abuelos disfrutando el aire sin afán y sin prisa. Y cómo dejar de lado el comercio que se mueve hasta que nuevamente se esconde el sol.

Su otro punto fuerte es la espectacularidad del lugar con un casco histórico muy bien conservado. El tradicional trazo español está esculpido en cada esquina. Las llamativas casas representan el inconfundible estilo colonial, con techos altos y balcones pintados de colores.

Villa de San Francisco es cautivante y no solo es historia, tradiciones o cultura. También es verde.

Cocagua: un pulmón natural en el centro del municipio colonial

El final del camino empedrado se desvanece al llegar al parque de recreación Cocagua. Ubicado en el casco urbano del municipio, es el lugar predilecto de las ardillas que corretean libremente entre los árboles.

Cocagua también está plagado de agudos cánticos protagonizados por diversas aves que sin temor se posan a cualquier hora del día en sus trabajados nidos. Aquí flora y fauna se funden para regalarle a los visitantes un verdadero pulmón natural, algo que se valora cuando se está acostumbrado a ciudades de asfalto y humo.

Pero eso no es todo, en el parque sobresalen maceteras hechas con llantas y otros materiales de reciclaje.

Además hay 12 lavanderos públicos que son visitados por las amas de casa que mientras atienden sus quehaceres se reúnen a charlar sobre las vivencias del día a día.

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