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Hospitales móviles de Honduras: caros, tardíos y por verse su calidad  

A un menor precio y en menos tiempo, otros países lograron levantar unidades similares o que dieron respuestas más inmediatas ante la emergencia del coronavirus
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13.08.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En la gestión de proyectos hay un triángulo de hierro formado por tres factores para lograr un mínimo de calidad: tiempo, presupuesto y alcance. ¿Hay que hacer mucho (alcance)? Pues dame dinero y tiempo. ¿No hay tiempo? Pues dame más dinero. ¿No tienes ni dinero ni tiempo? Pues no te haré mucho. Un factor condiciona el resto.

Honduras sería un buen ejemplo sobre cuando no funciona este triángulo (o se deforma), pues en los hospitales móviles se invirtió mucho y llegaron tarde, en comparación a proyectos similares ejecutados en otros países, según un análisis de EL HERALDO.

La Unidad de Datos de EL HERALDO recopiló información sobre infraestructuras similares, al estilo de soluciones móviles, desarrolladas o adquiridas en China, España, Brasil, Rumanía, México y Estados Unidos en plena pandemia -lo que evita análisis desproporcionados entre tiempos normales y de emergencia-.

A Honduras, cada cama de estos hospitales le cuesta en promedio unos 9,960 dólares, uno de los precios más elevados de todos los proyectos analizados por este medio. Este valor promediado solo está por debajo de otros proyectos adquiridos por Estados Unidos y Brasil.

Y muy por arriba de las soluciones que encontraron en China, Rumanía, España y México. Claro está que hay diferencias entre los proyectos que podrían relativizar el tema del precio, pero hay una verdad ineludible con respecto a otros países: tuvieron los hospitales a tiempo.

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¿Una mala compra o una operación viciada?

“Estos no son hospitales de carpa (...) nuestros hospitales son construcciones integrales, hospitales tipo H1 les llaman en el sistema de salud, son hospitales de primer nivel, son los más completos”.

Con estas palabras en abril pasado, Marco Bográn, exdirector de Invest-H, trataba de respaldar el precio de las unidades al conocerse por primera vez la compra a la compañía Elmed Medical System, representada por Axel López.

La adquisición consistía en tres hospitales móviles de 91 camas cada uno, a un precio unitario cada hospital de 7,950,000 lempiras; y cuatro hospitales móviles de 51 camas, a un precio unitario de 5,750,000 lempiras.

Lo anterior hace un precio total de 47.5 millones de lempiras por siete hospitales, que incluían 477 camas, además de poseer sus respectivas plantas de tratamiento. Estos números hacen una relación de 99,600 dólares por cada cama.

El precio promedio está por arriba de lo que lograron en la comunidad autónoma de Valencia, España, donde levantaron 798 camas en contenedores a un costo de 10,092,315 dólares, es decir unos 12,650 dólares por cama. 87,000 dólares de disparidad al precio ofrecido a Honduras.

La diferencia está en que en Valencia solo fueron espacios de aislamiento, sin Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), lo que puede disparar el costo.

Otra comparación que acentúa más la diferencia es el hospital de 1,000 camas construido en el sorprendente tiempo de 10 días en Wuhan, China, el origen del virus. Las autoridades chinas desembolsaron 43 millones de dólares en esa operación.

La relación es fácil: 43,000 dólares invertidos por cada cama, menos de la mitad del precio vendido a Honduras. El diferenciador en este caso es que solo se conoce el monto por la construcción y no el equipamiento del centro sanitario.

En esa entrevista, Bográn aseguró que lo caro no era la infraestructura, sino el equipamiento.

Los hospitales deben venir complementados con todo el equipo médico necesario. Foto: Emilio Flores / EL HERALDO.

Los hospitales deben venir complementados con todo el equipo médico necesario. Foto: Emilio Flores / EL HERALDO.
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Los mismos, a menor precio

Sin embargo, hay un paralelo muy similar a los hospitales de Honduras: este país está a más 10,300 kilómetros de distancia y lleva por bandera el tricolor azul, amarillo y rojo; Rumanía.

Este es comparable, principalmente, porque el desarrollador es el mismo que denunció a López y de donde salieron los diseños originales de los modelos: SDI Global.

A un costo de 14.3 millones de dólares, el fabricante turco entregará a Rumanía hospitales móviles con 256 camas, con características similares: laboratorio, emergencia, sala de radiología, sala de triaje, 143 camas de cuidados semintensivos y 103 camas de cuidados intensivos.

Al igual que los de Honduras, estas unidades deben contar con un sistema de presión negativa para eliminar bacterias, virus y partículas nocivas en el aire (aislamiento); y así evitar la propagación de la enfermedad en las instalaciones. El precio promedio de cada cama ronda los 55,700 dólares.

En entrevista con EL HERALDO, Michael Murphy, director ejecutivo comercial, mostró varios videos a principios de agosto que captaban a un equipo de la empresa turca trabajando en la instalación de las unidades. “Se terminaron y entregaron en 20 días”, precisó.

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Aunque todavía podemos poner un espejo más exacto que muestra que Honduras adquirió los hospitales a un costo alto. Murphy confirmó a EL HERALDO la autenticidad de dos documentos elaborados por SDI Global con precios menores para elaborar los mismos hospitales.

El primero es la cotización enviada a Axel López con información de un hospital de 91 camas, más los costos de envío, a un precio de 5,150,000 lempiras, para un promedio de cada cama a 56,593 dólares.

Al respecto, Murphy comentó que ese bajo precio se debe a que fue fijado “prepandemia”, cuando el mercado no estaba saturado de demandas.

Luego existe otro documento donde se plasma una oferta de SDI Global directamente a la Secretaría de Salud. Murphy explicó que le hicieron llegar esa propuesta en junio pasado, tras conocerse el escándalo en torno a los hospitales.

En la propuesta para los restantes cinco hospitales, la compañía turca cifra en 6.9 millones de dólares la construcción del hospital de 91 camas y en 5 millones cada hospital de 51 camas. Se le deben sumar otros gastos por instalación y planta de tratamiento de agua y de residuos hospitalarios.

Lo anterior resulta rebaja un poco el costo promedio de cada cama de 99,600 a 99,145 dólares, aunque Murphy dijo que su empresa estaba abierta a una negociación.

Llegada tardía

Pese a la incertidumbre y a una mejor propuesta en la mesa, el gobierno de Honduras todavía apuesta a que Axel López complete el envío de las restantes cinco unidades.

Algunas voces dicen que lo mejor es recuperar el dinero, como Carlos Hernández, director de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).

“A estas alturas creo que lo que se tendría que estar viendo es buscar mecanismos para recuperar el dinero, ya después de varios meses de la pandemia ya hay algunas investigaciones que dicen que algunas cosas que al inicio se decían que eran básicas para el manejo de la pandemia ya en este momento no es así”, evaluó.

Los primeros hospitales llegaron a mediados de julio, tres meses después de que Invest-H pagara por ellos y a pesar de que en el contrato se establecía un mes de entrega como plazo.

Se supone que los restantes cinco hospitales llegarán en septiembre. Hablamos de más de 150 días desde que se cerró el acuerdo y la llegada de estas unidades (más el tiempo de instalación de mínimo dos semanas).

A diferencia de Honduras, la mayoría de los proyectos analizados en este artículo ya fueron habilitados -y algunos hasta desmontados por haberse puesto en función de forma temporal-.

Hay que tomar en cuenta que la pandemia llegó primero a otros países y de ahí se puede entender una diferencia, pero nuestros 180 días de espera todavía se alargan más si nos comparamos a la maravilla que logró China en Wuhan: un hospital de 1,000 camas en 10 días.

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Y si hablamos de calidad y alcance…

Axel López, representante de la empresa fabricante, aseguraba que “los proyectos hablarán por sí mismos de su calidad”.

Las dudas revientan a cada momento: la empresa turca SDI Global denunció en junio que López había plagiado sus diseños y copiado las facturas para cerrar la operación de compra-venta con Invest-H, por lo tanto no había garantía de calidad.

EL HERALDO descubrió que la fábrica era de una empresa turca de contenedores y soluciones móviles llamado Nuris Prefabrik, a pedido de la compañía Vertisa, donde Axel López figura como representante.

La empresa no tiene experiencia en el tema hospitalario. Tampoco posee certificado en elaboración de material de defensa (algunos hospitales móviles entran en esta categoría) y se desconoce si la respalda algún certificado sanitario.

Días después, López confirmó a este medio que los hospitales móviles se equipaban con dispositivos y aparatos buscados en otros países.

La primera alerta vino cuando el Ministerio Público detectó 44 vaporizadores en mal estado, usados y vencidos en los primeros dos hospitales, tras someterlo a revisión como parte de una línea de investigación.

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Mientras fluían las denuncias y había incertidumbre por la llegada de los hospitales, EL HERALDO también accedió a documentación que mostraba que Bográn había aprobado esta compra en pocos días, sin consultar más opciones y a espaldas del Consejo Consultivo de Invest-H.

“Resulta un poco extraño que Invest-H, con toda la experiencia que ha tenido y buenos desempeños en el tema de contratación, haya obviado todos los procesos básicos en una contratación tan grande como la de los hospitales, estamos hablando de más de mil millones de lempiras”, subrayó Carlos Hernández.

Los documentos tampoco ayudaban a respaldar la compra. Las facturas emitidas por Vertisa para la operación de envío valoraban en 2.5 millones cada hospital de 91 camas, para un total de 5 millones de dólares, pero en las facturas enviadas a Invest-H se mantenía el precio por un total casi 15 millones de dólares, una diferencia de 10 millones.

Con ese dato, Odir Fernández, jefe de la Unidad de Investigación del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), cree que “que el valor real de entre todos los siete hospitales es de 15 millones de dólares, por lo tanto, hay 33 millones de dólares que se generan como parte de la inflación”.

Fernández ata lo anterior con que “se identificó los delitos fiscales en otros países, porque se identificó facturas elaboradas a fin de poder forzar esos precios que le dieron al Estado”.

Todavía no se instalan los primeros dos hospitales, pero los centros sanitarios de Tegucigalpa y San Pedro Sula al menos siente un respiro temporal de las semanas de asfixia, ya que han bajado los ingresos de pacientes por covid-19.

Los expertos lo atribuyen a la habilitación de triajes y centros de estabilización, las brigadas médicas para identificar casos en barrios y colonias, el comienzo temprano de tratamiento para los enfermos y las medidas preventivas de la población. Nada relacionado a los 47.5 millones de dólares por los hospitales móviles.

Con estos resultados, a Carlos Hernández le intriga que “el despacho de Salud no pidió (a Invest-H) hospitales móviles, sino unidades de aislamiento (…) ya han pasado casi cinco meses y no hay respuesta, tiempo en el cual se pudo haber hecho una infraestructura más estable”.