Elecciones en Honduras

Olban Valladares: Continuismo

“Como un monstruo de mil cabezas se yergue sobre estas elecciones la sombra de una pretendida reelección”.

19.11.2017

Tegucigalpa, Honduras
Este artículo será el último de la cosecha antes del histórico domingo 26 de noviembre, fecha de las elecciones generales más atípicas que habrá tenido el país en toda su vida republicana.

Varias situaciones particulares marcarán un hito en la vida política de Honduras y exigirán que el pueblo hondureño asuma su responsabilidad de escoger con sabiduría, en las urnas, a las autoridades idóneas que deberán regir los destinos de este pobre pueblo irredento durante los próximos cuatros años.

Como un monstruo de mil cabezas se yergue sobre estas elecciones la sombra de una pretendida reelección del actual mandatario; pretensión a todas luces ilegal, inconstitucional, opresiva y ofensiva para la totalidad del pueblo, exceptuando, por supuesto, para aquellos que durante casi una década han venido saboreando las mieles del poder o los beneficios de la corrupción que este poder suele tolerar con impunidad asfixiante.

Se ha consumado en este periodo preeleccionario el pecado del abuso. Para nadie pasa desapercibida la manera en que el continuismo derrocha diariamente los recursos del mismo pueblo, los impuestos de los sacrificados contribuyentes en un torrente de millones de lempiras en publicidad a todas luces abusiva, vacía, intrascendente, sumado todo ello, al despliegue cínico del abuso de los demás recursos de Estado (vehículos, personal, viáticos, etc.).

Por todo ello es que soy opositor inclaudicable al continuismo; no es justo para nadie, peor para los pobres de Honduras, en cuyo nombre se cometen los peores atropellos y, lo peor, es a ellos precisamente a quienes se les pide que continúen respaldando a políticos inescrupulosos, enemigos de la verdad y creadores de las más groseras fantasías de bienestar popular.