Dinero & Negocios

 Para objetivos globales acciones locales

Arely Maldonado
Directora Desarrollo Sostenible de Fundahrse. Máster en Administración de Empresas y Finanzas (cum laude). enlace ante el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD)

08.05.2018

TEGUCIGALPA
En los últimos 20 años, el mundo ha sido testigo de un progreso sin precedentes en el desarrollo humano, casi 1,100 millones de personas han salido de la pobreza extrema. Hoy, más de 700 millones de personas aún viven en la pobreza extrema, lo que significa que casi 11 de cada 100 personas viven con menos de USD 1.90 por día, según el umbral definido por el Banco Mundial y es por esta razón que la ONU estableció como el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible la disminución de este número alucinante para el año 2030.

¿Podría usted imaginar cómo sería vivir con menos de USD 60.00 o L 1,500.00 al mes?, estamos hablando de una existencia sumamente básica para un individuo, no digamos una familia. Estas personas viven en una condición caracterizada, no solo por una mera falta de ingresos, sino que por la privación severa de las necesidades humanas esenciales, que incluyen alimentos, agua potable, instalaciones de saneamiento, salud, vivienda, educación e información.

Los extremadamente pobres son en su mayoría aquellos que han quedado atrás por el crecimiento económico y los esfuerzos de desarrollo asimismo han sido afectados por las violaciones a los derechos humanos y los daños ambientales.

La mayoría de esta población proviene de las regiones del Asia meridional y el África subsahariana, especialmente Nigeria, a pesar de que tiene una de las tasas de crecimiento económico más altas del mundo.

En Latinoamérica, de acuerdo con Cepal en su reciente informe “El panorama social de América Latina 2017”, se reflejó que la cantidad de personas pobres en la región alcanzó a 186 millones, mientras que la pobreza extrema afectó a 61 millones. Honduras fue uno de los 11 países que tuvo una disminución mayor de dos puntos porcentuales en las tasas de pobreza, el 65.7% de la población hondureña son pobres y el 42.57% viven en estado de pobreza extrema, coincidiendo con los datos proporcionados por el Fosdeh y el INE.

Si bien se trata de una meta global, solo se logrará abordando los aspectos multidimensionales de la pobreza y asegurando la apropiación por parte de las comunidades, las autoridades locales, las empresas y las personas.

¿Cómo pueden contribuir las empresas?, actuando de manera responsable al mitigar sus aspectos negativos y creando oportunidades de impacto positivo.

Las empresas mediante sus programas y estrategias de RSE pueden por ejemplo, desarrollar modelos inclusivos que mejoren el acceso a bienes, servicios y tecnologías, que incluyan proveedores diversos en su cadena de suministro, construir nuevos mercados a través del comercio abierto asimismo asociarse con el gobierno, ONG y otros para alinear las actividades y las inversiones con las prioridades de desarrollo.

La promesa de la Agenda 2030 de no dejar a nadie atrás no puede mantenerse sin traducir los objetivos globales en acción local. Esto requiere esfuerzos concertados y coordinados en todos los niveles de toma de decisiones y el empoderamiento de los actores locales.

Para erradicar la pobreza y garantizar una vida digna para todos, debemos trabajar con las personas más vulnerables del mundo al nivel de sus realidades cotidianas para convertir la pobreza extrema en un problema del pasado.