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Los tres impuestos que cargan la economía  

El Impuesto Sobre Ventas (ISV) es el más representativo para el fisco hondureño.

07.11.2017

TEGUCIGALPA
El país parece haber recuperado la ruta del buen manejo fiscal tras varios años de desequilibrios en sus finanzas públicas y un fuerte ajuste fiscal en 2014. Si bien reconocen que el país tiene en la falta de empleo y la reducción de la pobreza dos de sus principales retos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) resalta la caída histórica del déficit fiscal (de +7% en 2009 a 3.5 en 2017), y en gran parte al aumento de la recaudación tributaria.

“Las reformas han sido exitosas en la reducción del déficit fiscal del gobierno central y en el mejoramiento de la autoridad recaudadora, pero sus efectos han sido negativos sobre la provisión de bienes públicos y sobre la equidad, elementos necesarios para el desarrollo”, según análisis del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).

Tres grandes
La estructura tributaria de Honduras se sustenta en los impuestos sobre ventas, sobre la renta y el aporte vial o impuesto a los combustibles. Y está claro (al menos en la teoría) que todos son impuestos que deben ser pagados por la mayoría de los hondureños sin importar su condición social e ingresos.

Según los informes del Servicio de Administración de Rentas (SAR), en 2016, la recaudación total de impuestos sumó 87,811.4 millones de lempiras, casi el 42% del Presupuesto General de la República, que fue de 206,000 millones de lempiras, y que el ISV representó el 33.2% del total de las recaudaciones.

En 2017, la tendencia se mantiene. El ISV es el de mayor aporte a la estructura de regulación tributaria. Hasta septiembre, reportaba la recaudación por este concepto de 29,175.1 millones de lempiras. El Impuesto sobre la Renta estaba en 24,154.2 millones de lempiras y el impuesto por aporte vial en 9,673.6 millones. La recaudación por otros impuestos l legaba a 5,835.9 millones.

Eso significó que todos los hondureños aportaron a la recaudación de los tributos, ya que están obligados a pagar el 12 y el 15% de impuestos sobre ventas a artículos de consumo, sean alimentos, ropa, medicamentos; a los combustibles, y del 18% a la venta boleto de transporte aéreo y consumo de bebidas y licores.

El impuesto aporte vial, aplicado a la paleta de carburantes que se comercializan en el mercado nacional, reportaba a septiembre de este año 9,673.6 millones de lempiras.

“Y los que menos tienen son los que más pagan en relación a su ingreso porque nuestro sistema es regresivo, es decir, hay más impuestos indirectos que castigan el consumo”, dijo Ismael Zepeda, investigador del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh).

El impuesto a las ventas es indirecto y se aplica en forma escalonada afectando al consumidor. “Un producto importado paga el impuesto, después el distribuidor, le sigue el detallista, el dueño del comercio y por último el consumidor”, explican los analistas.

ISR
El segundo aporte llega de la recaudación del Impuesto sobre la Renta (ISR) que grava cualquier ingreso, sea este utilidad, ganancia, renta, interés, producto, provecho, sueldo, jornal u honorarios. En general, cualquier percepción en valores, en especies o en créditos, que modifique el patrimonio del contribuyente. Este impuesto es del 15% para quienes tienen ingresos entre 140,000 (más 47,000 lempiras exentos por gastos en salud) y 200,000 lempiras anuales; del 20% entre 200,000 y 500,000 y del 25% a los de 500,000 en adelante.

En 2016, el número de declaraciones de ISR presentadas por contribuyentes jurídicos (empresas) ascendieron a 24,613, mientras que las declaraciones de personas naturales llegaron a los 77,384.

Entre enero y septiembre de 2017, la SAR registraba 94,890 declaraciones de personas naturales y 27,046 de declaraciones jurídicas. Cada declaración empresarial incluye a un número diverso de empleados que va desde 1 a 10 (Pyme) a más de 500.

¿Quiénes aportaron más?
Un estudio del Fosdeh dice que en todo caso “cabe diferenciar el significado de pagar impuestos en términos absolutos y el pago de impuestos en términos relativos” y cita como ejemplo que una empresa puede tributar dos millones de lempiras de ISR y un pequeño negocio de artesanía 3,000 lempiras y que en términos absolutos no habrá duda de que la empresa tributa más que el pequeño negocio.

Pero, agrega, el asunto cambia cuando se asume una comparación, por ejemplo, los ingresos brutos. Es decir, que mientras la empresa grande percibe ingresos anuales por 400 millones de lempiras y su pago de impuestos es equivalente al 0.25% de sus ingresos, en contraste, la pequeña empresa de artesanía que recibe ingresos anuales por un millón de lempiras, su pago de impuestos será equivalente al 0.30% de sus ingresos.