La industria hondureña de la camaricultura ha cerrado el primer ciclo de la presente cosecha con históricos indicadores económicos. A pesar de la amenaza del ingreso al país, vía terrestre, del síndrome de mortalidad temprana que ataca los cultivos de camarón en México, los productores dedicados a esa actividad en los departamentos de Choluteca y Valle, principalmente los independientes, han obtenido elevados precios por libra de ese crustáceo.
Un ejemplo de lo anterior es que el precio por libra de camarón de 12 gramos en borda oscila entre 40 y 45 lempiras. El año pasado se ubicó entre 25 y 30 lempiras. Este es el costo que los procesadores pagan por el producto que se destina al mercado de exportación y una mínima parte al consumo local. En términos porcentuales, el incremento interanual oscila entre 50% y 60%.
Todo lo anterior se explica por la fuerte competencia que ha generado la presencia de compradores mexicanos en el mercado interno, quienes han encontrado en el país la posibilidad de abastecerse de ese producto para cubrir la demanda del pujante sector turismo de aquella nación “azteca”.
Para Víctor Wilson, presidente de la Asociación Nacional de Acuicultores de Honduras (Andah), organización que aglutina a productores y empacadoras, hay una serie de indicadores que hacen pensar que 2013 será un año beneficioso para los camaroneros de este país, destacando la razonable demanda, a lo que se agregan “precios bastantes saludables”.
De acuerdo con el Banco Central de Honduras (BCH), el camarón cultivado generó 167.2 millones de dólares en 2012 y para este año pueden oscilar entre 180 y 190 millones de dólares, fundamentando en una mejoría de precios y una mayor producción. La producción interna de camarón se ubica entre 70 y 75 millones de libras.
