Deportes

Con Wilmer Cruz no hay concentraciones y sí se puede compartir con las esposas

16.05.2017

El Progreso, Honduras
Desde permitir que sus jugadores pasen con sus esposas antes de los partidos hasta dar permiso que sus pupilos se relajen con cerveza después de los partidos ganados, las reglas de Wilmer Cruz son realmente sorprendentes y eficaces...

“Tiene métodos que no usa otro entrenador”, nos dice su hijo Javier al describir la forma de entrenar del DT del Honduras EP. Sin duda, el hombre que no es amante de las concentraciones y que le habla como en el barrio a sus muchachos es un técnico diferente. H aquí sus reglas...

Cero concentraciones
El Pájaro Cruz abolió las concentraciones. En el Atlético Municipal decidió que sus jugadores pasaran con sus familias previo a los partidos y mantiene esa misma filosofía en el Ribereño. De hecho, de cara a la semifinal de vuelta ante Olimpia en Tegucigalpa, las esposas de los futbolistas durmieron en el mismo hotel donde estaban hospedados los jugadores.

Castigo a impuntuales
Si un jugador llega cinco minutos después de la hora indicada ya es tarde para el Pájaro. Puede ser que se vaya de regreso a su casa o no vaya en la lista de convocados para el partido.

Hay cervecita
Si el club gana de visita, los jugadores que gusten pueden tomar cerveza de celebración en el camino regreso a casa. “Pero si perdimos ni comida nos quiere dar”, nos confiesa uno de los futbolistas referentes.

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Perdedores modelan
En todos los entrenamientos hay recreación con juegos competitivos. Los ganadores tienen recompensa, pero los que pierden deben modelar en un pasillo armado por sus compañeros haciendo ademanes muy delicados.

Apuestas
Hay días de prácticas que se hacen juegos apostados. Antes de los jugadores ponen 10 o 20 lempiras, el equipo que gana se lleva todo el billete.

Un minuto de charla
La charla técnica de Wilmer previo a los partidos solo dura un minuto. “Es que más lo atrasan a uno con tanta cosa, mejor”, confiesa uno de los futbolistas.

Invitación
Wilmer invita a sus muchachos. “A veces nos daba hambre y mandaba a traer Coca Cola y semitas”, nos cuentan. Los pollos chucos, baleadas y comidas de esa índole no son prohibidas en el Honduras de El Progreso.

Sin vigilancia
Al técnico progreseño no le preocupa la vida privada de sus jugadores. No vigila. Insiste porque rindan en los entrenos y partidos, si no lo hacen están en problemas.

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La derrota
En las pérdida se terminan todos los beneficios y concesiones. No es raro que convoque a entrenar a las 5:00 AM, para que los jugadores corran de 10 a 12 kilómetros. Aunque en las conferencias de prensa aparece tranquilo, los muchachos saben lo que les espera.

Látigo y abrazo
Convence a los jugadores de sus capacidades. “Si se equivocan, los putea”, nos revelan. Después, abraza al mismo jugador reprendido y le dice: “vos podés”. Con esto le brinda una confianza absoluta.