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Esteban Espíndola: 'No hay que temer, el miedo paraliza'

Entre redes sociales, lectura, PlayStation, cocina, la compañía de su compatriota Bruno Volpi y una doble cartelera de entrenamiento, el argentino suaviza el confinamiento

07.04.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Adentro de la cancha es un tipo de pierna fuerte porque juega bajo el lema de defender “a muerte” a su equipo, pero afuera es capaz de ir a repartir más de 700 platos de comida a varios barrios pobres sampedranos que afrontan los efectos del coronavirus. “Dios a mí me bendice para bendecir. El agradecimiento y lo que vos recibís emocionalmente de una persona que no te puede dar nada a cambio, eso creeme que no se puede pagar, es un valor alto”, cuenta Esteban Espíndola, el defensa de Marathón que sobrelleva “muy bien” la cuarentena en su apartamento.

Entre redes sociales, lectura, PlayStation, cocina, la compañía de su compatriota Bruno Volpi y una doble cartelera de entrenamiento, el argentino suaviza el confinamiento.

“Este momento lo tomo para reflexionar, saber dónde estoy parado, analizar lo que quiero hacer y desarrollar mi fe”, relata el exzaguero de Olimpia, que compara la vida de Tegucigalpa con la de San Pedro; “acá la gente no vive tan al límite como en la capital, lo ideal sería San Pedro con el clima de Tegus ja, ja”. Una entrevista de hogar a hogar vía Whatsapp. Así es el periodismo en tiempos del coronavirus...

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¿Cómo estás, Esteban?, ¿qué tal esta cuarentena?

Dentro de lo que se puede, bien. Trato de ser consciente que es importante quedarte en casa. Creo que nadie se espera algo así. Realmente los más vulnerables son los de la tercera edad y a ellos es a los que hay que cuidar. Dos amigos en Argentina y dos en Italia tuvieron coronavirus y se han recuperado sin problema. No es algo para temer, pero si agarra a gente de tercera edad o con problemas pulmonares, allí ya se complica.

¿Cómo es tu día?

Me levanto entre 8:00 y 8:30 AM, me preparo el mate y mi desayuno y me tomo un rato para la digestión; después hago el primer entrenamiento entre 9:30 y 10:00 AM. Tengo una rutina que me pasa el preparador físico del club y pago mi profe personal para hacer los trabajos de la tarde. Luego del primer entrenamiento acomodo la casa, mientras hago la comida; va variando el menú, dependiendo la creatividad, las ganas y lo que tengo. Vivo en el mismo edificio con Volpi y entrenamos juntos, comemos juntos y nos tomamos unos mates.

¿Cómo te va en la cocina?

La verdad que me gusta la cocina. Encontré un lugar para dejar fluir la creatividad, a veces te sale cualquier desastre, me ha pasado ja, ja, ja... pero después he pegado cada batacazo increíble también... hay que experimentar. Me tocó pasar esto solo. Es un momento para pensar, para no volverme loco y para no dejar que las ansiedades me controlen.

¿Te imaginaste este impacto del coronavirus?

Creo que ni uno lo imaginó, porque ¿cuántos virus hay? Cuando llegué acá me dijeron: ‘Tené cuidado con el dengue’, me hicieron ponerme la vacuna de la fiebre amarilla, me pintaron como que Honduras vivía una crisis eterna, y yo no creo que Honduras sea así. El país sanitariamente tal vez no está preparado para afrontar una pandemia, pero Italia y España la están viviendo mucho peor porque no tomaron las medidas que tomaron aquí. Honduras está mucho mejor de lo que los hondureños creen.

¿Cuándo salís, llevás mascarilla y guantes?

Claro. Más que del supermercado, soy de la pulpería. Trato de no moverme mucho en trayectos largos o hago pedidos a casa. Soy un tipo relajado, pero cada vez que salgo me pongo mascarilla y guantes, y tengo mi alcohol en gel. No soy maniático, soy relajado, pero sí hay que prestar atención a los cuidados.

Esta enfermedad ha creado pánico en algunos, ¿a vos no?

Dios me dio la posibilidad de salir unos días a la calle y ver la gente que necesita realmente, ver cómo ellos no le temen, ver cómo esa gente convive de alguna manera con la muerte. El temor creo también que es una construcción en la mente, es un poco de ansiedad del qué va a pasar mezclada con falta de información. No soy un tipo temeroso en ningún aspecto. No creo que el temor en ningún momento de la vida sea bueno. Hay que ser precavido, pero no hay que tener temor; el temor paraliza y lo que menos necesitamos es que el país se paralice.

Ahorita que no hay fútbol, ¿qué mirás en la tele?

No soy mucho de mirar tele. Ahora tengo un libro al lado mío, trato de leer y ejercitar la mente. Estoy leyendo uno que se llama “De mendigo a príncipe”. Leo porque todo el tiempo estoy ejercitando mi cuerpo, pero si mi mente no se ejercita de nada va a servir. También tengo mi tiempo para las redes y para jugar al PlayStation.

¿En la Play con qué equipo jugás?

Últimamente estoy con el Liverpool. Lo que pasa es que no soy muy bueno y tengo que elegir un buen equipo para equiparar. Jugamos con Volpi, pero estoy buscando la posibilidad de seguir creciendo ja, ja, ja, ja, Volpi me sirve para mantenerme en ritmo. No, hablando en serio, está parejo el duelo con Volpi.

¿Quién se preocupa más: tu familia de Argentina por vos o vos por ellos?

Ninguno. A diario hablamos de todo, pero menos del coronavirus, porque en cada charla con mi papá aprendo un montón, mi viejo es un tipo muy sabio.

Te miramos repartiendo comida con Volpi, ¿de dónde surgió esa idea?

Inicialmente la idea surge del presidente (Orinson Amaya), que tiene una gran cocina. Yo le mandé un mensaje y nos ofrecimos como voluntarios para ir a servir. Fuimos, preparamos algo de comida y llevamos más de 700 platos a cuatro puntos de la ciudad, en donde la gente está muy necesitada.

¿Te tocó ver esa gente?

Allí aprendés a valorar de verdad lo que Dios nos da todos los días y no nos damos cuenta que tenemos la posibilidad de elegir, abrís la refri y mirás qué querés comer. Ellos tal vez tienen un plato de comida cada dos días. A mí me gusta ayudar mucho con comida, en vez de dar dinero. No es necesario ser millonario para ayudar. He escuchado a muchos decir: “Si tuviera dinero, ayudaría”... no, ayudá con lo que tenés. No podés armar 700 platos, armá 20 y si no podés 20, armá dos porque con esos dos ya ayudaste a que dos se alimenten.

Dijo Tévez que el futbolista puede vivir un tiempo sin salario, ¿qué opinás?

Creo que sí hay clubes y futbolistas que pueden vivir seis meses y hasta más sin recibir salario, pero hay otros futbolistas que no ¡eh! La gente tampoco debería confundirse porque a veces publican los salarios de Cristiano, Messi, Ibrahimovic, y toda la gente piensa que el futbolista gana millones acá y no es así, son pocos los que ganan millones. Acá no se ganan salarios grandes como para tirar manteca al techo, pero sí se gana como para ayudar a varias personas.

Respecto a lo económico, ¿han hablado en Marathón de ajustes salariales?

Realmente no sé las decisiones que tomarán en estos días, no he hablado aún con el capitán, pero seguramente él tendrá noticias. Uno como futbolista tiene necesidades y también entiende la posición del club. El ajuste salarial no ha sido tema todavía.

Se habla de anular el torneo, darle el título a Motagua y esperar, ¿qué pensás?

De acuerdo con los intereses, unos van a querer anular el torneo y otros van a querer jugarlo. A mí me gustaría seguir jugándolo, creo que si no se dramatiza y tomamos las medidas de seguridad, dentro de no mucho tiempo vamos a poder volver a jugar. Hay una línea muy delgada en este tema. Yo me preparo todos los días porque quiero que el trabajo que venimos realizando no sea en vano.

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