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Kevin Álvarez publica inspirador mensaje contando parte de su historia

El lateral derecho sacó su lado más profundo y lo plasmó en un extenso mensaje que compartió en su perfil de Instagram

02.10.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Carencias y sacrificios marcaron la niñez del futbolista hondureño Kevin Álvarez, así lo confesó este miércoles el legionario catracho a través de su cuenta de Instagram.

Kevin, de 23 años de edad, sorprendió a propios y extraños al contar parte de su historia de vida mediante un extenso mensaje que posteó en su perfil junto a una fotografía suya vistiendo la camisa de la Selección de Honduras.

En la publicación, el lateral catracho que milita en el IFK Norrköping de la Primera División sueca, cuenta cómo fue su infancia y los sacrificios de él y su mamá, en comparación con la vida de otros jóvenes.

'Fuera de casa, lejos de tu país por perseguir un sueño que vale la pena. Dormiste solo, o con tus hermanos, en tu recámara; yo tuve que aprender a hacerme hermano de una banda. Tú salías y volvías a tu casa cada día, yo venía cada quince días, semanas o meses a ver a mi familia y amigos...', dice la primera parte del escrito.

'Tú contabas si te faltaban 2 o 3 días para salir el fin de semana , yo contaba los días que faltaban para el Día del Padre, de la Madre y Semana Santa', agrega Kevin en su post.

Pero, las palabras de Álvarez no pararon ahí. 'A ti tu mamá te daba un beso cada día, a mí me lloraba por teléfono. A ti tu mamá te cocinaba como solo ella sabe, en cambio mi dieta la armaba una nutricionista, y era siempre igual. Fui un jugador de casa club: tú te levantabas con la voz de tu vieja, a mí los compañeros me ponían la cumbia en la oreja'.

Para finalizar, el exolimpista reiteró que, pese a todo lo vivido, no se arrepiente de haber elegido dedicarse al fútbol.

'A ti tu viejo te regañaba seguido, te abrazaba. A mí me iba a buscar cada 2 meses de madrugada a la terminal, a ti te pedían que estudiaras, a mí, que estudie, que entrene, que vaya al Gym cada día y que me acueste sin salir. Cuando tú estabas mal, todos iban a consolarte, tus viejos, tus hermanos, abuelos, tíos. A mi cuando estaba mal, eran los compañeros los que cerraban mi puerta y me hablaban para que no afloje. Pero ¿sabes? No me imaginaba viviendo otra vida, porque yo elegí ser jugador de FÚTBOL'.

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