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Copa Oro de 1991: cuando Honduras se quedó a solo 12 pasos del título

Con las apuestas en contra el equipo de Flavio Ortega se paró como macho en Estados Unidos. “Nadie daba nada por nosotros”, recuerda Nino Rivera, quien fue protagonista de un cambio inesperado
27.05.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cuando la Bicolor partió el martes 25 de junio de 1991 a Los Ángeles para disputar su primera Copa Oro el fútbol hondureño se llenó de incógnitas: un mes atrás el equipo había clasificado de milagro a la Copa de Naciones de Costa Rica gracias a una noche inspirada de Luis Orlando el Caralampio Vallejo contra Panamá y en la atmósfera vivía el reino de la intranquilidad.

Y pensar que ese martes 25 de junio de 1991 los pasaportes de los jugadores no aparecían en la sala de espera del aeropuerto Toncontín, un retrato perfecto del desorden que afloraba en la Federación de Fútbol, que había apostado a perder con el nombramiento del técnico español Luis López Nombella hasta que la derrota 2-0 en la ida de la serie ante los panameños hizo que Jorge Abudoj abriera los ojos a tiempo y sustituyera al europeo por un viejo zorro: Flavio Ortega.

Los 18 jugadores y el comando técnico recibieron a tiempo sus documentos y pudieron llegar a EE UU, la tierra que servía de conejillo de indias para que la Concacaf, en aquel tiempo manejada por el trinitense Jack Warner, se lanzara al mercado de los torneos regionales.

“Nadie daba nada por nosotros, todos los periodistas decían que esa recogida iba a hacer el ridículo”, recuerda 28 años después Belarmino Rivera, el portero titular de aquella escuadra que finalmente tendría un desenlace inesperado...

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Sin perder un juego
Canadá fue la primera víctima en el Memorial Coliseum. Los goles de Bennett, Espinoza, Cálix y Dolmo Flores sepultaban a los de la hoja de maple para que dos días después la H vacunara cinco veces a los jamaiquinos y se llenara de valor.

“Tuvimos muchas dificultades pero se pudo formar un grupo muy fuerte en donde la experiencia de la mayoría, jugadores como Yearwood, Castro, Fúnez, Martínez Sambulá y yo, acuerpó a jóvenes como Arnold Cruz, Eduardo Bennett, Juan y Dolmo Flores. Con méritos propios llegamos a la final”, es la conclusión del Nino Rivera, que se perdió los primeros dos juegos por lesión.

Foto: El Heraldo

Logo Copa Oro 1991.


La H pudo sobrevivir a los poderosos México (1-1) y Costa Rica (victoria 2 a 0 en semifinales con gritos de Bennett y Dolmo). Ya la Concacaf miraba con respeto al equipo centroamericano, que había llegado en papel de Cenicienta. El destino juntó a catrachos y estadounidenses en una de las finales más disputadas que se recuerdan: con el 0 a 0 en 119 minutos y la definición por penales en la esquina, apareció la astucia de Flavio Ortega.

“Antes de iniciar la final Flavio Ortega llegó al cuarto de concentración y me dijo: ‘Nino, vos vas al marco y lo quiero en cero’. Pero de repente a un minuto del final de la prórroga veo de reojo calentar a Wilmer Cruz y yo en mis adentros me preguntaba por qué lo iban a meter si yo estaba bien”, rememora el “1”, experto en anotar penales, no tanto en detenerlos. Pero la jugada de ajedrez del DT estuvo a punto de darle a la H un título histórico.

El Supermán detenía tres penales, pero Honduras no contaba con la poca puntería de sus mejores figuras: Anariba, Yearwood, Zapata, Cálix y Espinoza dilapidaron sus chances y la histórica oportunidad que tuvo la Bicolor de escribir su nombre en un certamen que nunca fue conquistado por centroamericanos.

De todos modos aquella “recogida” había hecho la hombrada de pelear hasta el último minuto contra el equipo de Bora Milutinovic y “me acuerdo que después del juego nos hicieron una fiesta los hondureños residentes en Los Ángeles y que cuando llegamos a Toncontín la gente hasta se metió a la pista... ya no éramos la recogida que iba a hacer el ridículo... ja, ja, ja”, sentencia Belarmino Rivera. Honduras dio la pelea en su primera Copa Oro. Se acarició la gloria, pero no se pudo...