Deportes

Concesionamiento permitirá hacerle un retoque al Estadio Nacional de Tegucigalpa

Debido a la discreción con que el gobierno maneja la entrega, la Conapid no sabe cómo quedará la cuadrilla de empleados

09.05.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Independientemente del nombre del modelo jurídico que le quieran poner, el concesionamiento del Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino se está vendiendo como la única manera viable para revitalizar la demacrada imagen de la instalación deportiva.

Se habla de un reto que incluiría poner butacas en las graderías de concreto, cambiar el alumbrado eléctrico, remodelar los baños,moverlas cafeterías y mejorar el engramillado.

¿Pero cuánto le va a costar al pueblo este maquillaje? Solo el gobierno y la futura concesionaria lo saben.Sobre la mencionada remodelación, el presidente financiero del Motagua, Javier Atala expresó que se está trabajando, haciendo planos. “Hay varias cosas que se pueden hacer. Lo queremos hacer por etapas.La primera etapa es arreglar la cancha.Es posible que a principios del otro año cambiemos la cancha de fútbol y dar posibilidades para que pueda venir la Selección”.

Luego, sin dar pormenores del monto de la inversión,agregó: “Después tenemos que verlas luces, las sillas, la remodelación de palcos,qué palco se bote y se haga todo de nuevo y remodelar las graderías”.

El Estadio Nacional es un bien público y mejorar sus condiciones es una responsabilidad exclusiva del Estado, en su obligación de fomentar el deporte y la sana convivencia. Sin embargo en las últimas tres décadas, los gobiernos han obviado este compromiso social y, como es evidente, muy poco se han preocupado por mejorar las condiciones de esta instalación.

La única administración de la Comisión Nacional Pro Instalaciones Deportivas (Conapid) que mostró cierto interés en hacer cambios fue la del 2006 cuando le colocó nueva grama al estadio y le instaló dos pantallas gigantes de televisión.

Desde entonces no se ha hecho mayor cosa. La pintura que actualmente posee el Nacional se la colocó un patrocinador hace diez años.

Ahora con el concesionamiento, el gobierno se deshace de una responsabilidad y usando la cuestionada modalidad de la alianza público privada pretende trasladársela a la Fundefut.

Las condiciones de la entrega, así como las ventajas y desventajas se manejan de manera reservada,tanto así que ni las mismas autoridades de la Conapid -que son las encargadas del mantenimiento del coliseo futbolístico conocen las interioridades.

“Estamos pendientes de lo que va a pasar, sabemos que al estadio se le quiere hacer un cambio y sería bueno para el fútbol,para las comodidades de los árbitros de los mismos jugadores, de los periodistas y de la gente”, dijo Arnold Cruz, gerente de la Conapid, cuando se le consultó sobre el tema.

Como las autoridades de la Conapid desconocen los parámetros de la concesión no saben cómo van a quedar los 15 empleados -12 de mantenimiento y tres de seguridad- que tiene esta entidad para mantener y proteger el estadio. “En cuanto a las desventajas ahorita no se sabe qué es lo que va a pasar con los empleados, nos dijeron que ese tema lo íbamos a hablar,el sindicato también está pendiente de eso”,explicó Cruz.

Incluso él espera que la Fundefut les siga aportando a la Conapid al menos los seis millones de lempiras que en los últimos años le ha estado dando por el contrato de arrendamiento antes mencionado ya que ese dinero sirve para apoyar otros deportes.

Cruz manifestó que el contrato de arrendamiento otorgado a la Fundefut en el 2018, este año todavía no se ha renovado porque se está a la espera de lo que va a suceder con el Estadio Nacional.

Dos empleados que trabajan en el mantenimiento del estadio, que pidieron no mencionar sus nombres,manifestaron que el gobierno encontró la manera más fácil de deshacerse de su responsabilidad.

Explicaron que en este tipo de negocios ningún empresario juega a perder. Ellos no corren riesgos,aseguran sus inversiones sin importarlas consecuencias para el pueblo, dijo uno de ellos.

Ambos entrevistados consideraron que todo el costo de las mejoras saldrá de los bolsillos de los aficionados.