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Fabián Coito: Un maestro con alma de formador que patentó una forma diferente de ver el fútbol

Coito, además de los resultados deportivos, logró lo que requiere el proceso con juveniles: nutrir de jugadores a la selección mayor de Uruguay

14.02.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Metódico, paciente, reflexivo, tan cómplice como exigente. Dueño de una personalidad que cautiva a los futbolistas jóvenes, por la pasión con la que transmite los conceptos, y por la convicción y claridad con la que los traslada, así es Fabián Coito, quien anda regando el futuro con ese estilo que comenzó a patentar con una forma de vivir y entender el fútbol de una forma única.

Con alma de maestro, espíritu de formador y paciencia de relojero, se fue moldeando a lo largo de tantos años como docente en la cancha de fútbol, una forma de trabajo que le permitió transformarse en el símbolo de las selecciones juveniles de Uruguay.

El fenómeno Fabián Coito engloba muchos aspectos que trascienden lo deportivo. Uruguay es un país donde todo parece medirse de acuerdo a si la pelota entró o pegó en el palo. Y en el cual se endiosa al jugador que metió el último penal o se entierra al que lo erró.

Sin embargo, el técnico ha dejado su sello. Deportivamente, colocó permanentemente a las selecciones menores de Uruguay entre los cuatro mejores de cada evento. En una sola oportunidad se fue eliminado en octavos de final en 11 torneos que dirigió en juveniles, donde pasó por sub 15, sub 17, sub 20 y hasta una sub 22, con la que compitió en los Juegos Panamericanos.

Coito, además de los resultados deportivos, logró lo que requiere el proceso: nutrir de jugadores a la selección mayor. Y ese es un aporte significativo porque la selección mayor recibe un 'producto' elaborado.

Coito ha recorrido el camino desde el inicio con Óscar Tabárez. Comparte sus ideas, pero no desde su llegada al combinado, sino desde cuando el ahora técnico de Honduras tenía 19 años y jugaba en Wanderers, cuando una charla informal de fútbol se transformó en muchas más sobre la forma de ver el deporte.

El futuro dirá el lugar que le corresponde. Por lo pronto va dejando su huella.