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Danny Izaguirre, el futbolista que extiende la mano a la caravana migrante de hondureños

El jugador catracho, que participó en la segunda de Honduras y que ha entrenado en equipos del ascenso mexicano, viajará a España para hacer una prueba en un equipo de primera. 'Me ha tocado derramar lágrimas', confiesa.

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30.10.2018

CHIAPAS, MEXICO.- Su nombre es Danny Izaguirre, su solaridad se ha dejado ver en la caravana migrante de hondureños en México y su sueño es afianzarse en un futbolista foráneo.

El delantero de 22 años es originario de Cane, La Paz, jugó en Valle y Valencia de la segunda división, pero también estuvo en el Marathón de Carlos Pavón.

Su anhelo de ser futbolista lo llevó a México, en donde ha estado entrenando con clubes del Ascenso como Cafetaleros de Tapachula y Veracruz.

'En los próximos días viajaré a España a hacer una prueba en el Leganés de la primera división', confiesa antes de ahondar en su labor altruista con sus paisanos inmigrantes.

¿Qué tal, Danny? Cuéntenos de su ayuda a la caravana migrante de hondureños...
Pues mi madre es maestra y me dijo que venía un grupo de inmigrantes porque ya no aguantan en Honduras; además, yo he estado pendiente de las redes sociales. Desde que llegaron a la frontera de Guatemala con México, la gente se comenzaba a tirar del puente porque no los dejaban pasar. Comenzaron a llegar de 30 en 30 a México y ahí venían niños deshidratado y que no podían caminar por las llagas en los pies. También mujeres enfermas y gente con los tobillos doblados.

¿Eso lo tocó?
Claro. Es algo que conmueve, pero yo siempre he tenido ese pensamiento desde niño, que si un día llego a ser alguien en el fútbol, pues voy a ayudar a la gente de mi país. Ahorita, sin ser nadie, lo hago con todo el corazón; de lo poco que recibo, doy mi granito con todo corazón. No me pesa porque es mi gente. Si esa gente se viene de su país es porque hay algo malo allá.

¿Cómo les ayuda?
Ya llevo varios días ayudándolos y voy a seguir hasta que me toque irme para España. Los ayudo con ropa y comida. Tengo muchas amistades que me dicen: 'Oye Danny, ven a traer ropa de niño y agua'. Tenemos un grupo con una familia Carvajal, ellos se encargan de hacer baleadas y mandar para que coman. Hemos ayudado a unos 300 niños y a unas 1,500 personas con ropa, agua y medicina. Esto es gracias a gente mexicana y a hondureños que están en Estados Unidos.

¿Qué anécdotas son las que más lo han tocado?
Me ha tocado derramar lágrimas, ver niños llorando, mirar gente tirada en el suelo y que ya no puede más, pequeños que se desmayan, y esas son cosas que van a quedar grabadas en mi mente. Pero también han habido experiencias bonitas. He andado consiguiendo plásticos para que no se mojen porque ahorita está lloviendo mucho y los niños se mojan.

¿Le hace sentirse bien al ayudar a sus compatriotas?
Por supuesto que sí. Algún día voy a estar en el lugar que deseo y, si hay algo que no voy a perder, es mi humildad porque sé de donde vengo. Mi madre en Cane me enseñó a mirar hacia arriba, pero con los pies en la tierra porque la vida es una rueda: hoy estamos arriba y mañana abajo.

Háblenos de su carrera de futbolista...
Mi primera experiencia fue en Olimpia reservas, con Dani Turcios y Cocly Salgado, pero no pude quedarme. Solo estuve entrenando, me vieron y me mandaron al Valle FC y allí sí me fue muy bien en la Liga de Ascenso. Luego jugué en el Valencia y fue donde más destaqué. Después hice una prueba en Marathón con Carlos Pavón. Aprendí mucho de la Sombra Voladora, que es el jugador que más admiro de Honduras, tuve ese privilegio de tenerlo de técnico.

¿Cómo llega a México?
Cuando estuve en Valle había un señor que se llamaba Gustavo Gonzales, que era visor del Tijuana, pero estaba entrenando a un equipo de primera de El Salvador y él fue mi contacto. Una vez me vio jugar en Nacaome y me consiguió una prueba con Cafetaleros. En Tapachula estuve con Gabriel Caballero, pero no pude debutar, solo entrené y jugué un amistoso contra un equipo de Guatemala. De ahí me mandaron a Veracruz.

¿Y qué pasó?
Estuve con Veracruz en la Liga Premier y me iban a registrar, pero resulta que estaba un problema del descenso y por problemas económicos vendieron el equipo. Luego, llegué a los Armadillos de Cancún y me di el privilegio de viajar a Panamá, República Dominica y Colombia a jugar amistosos. Jugamos contra Millonarios de Colombia un amistoso y metí dos goles. Allí fue donde andaba unos agentes y surge esta posibilidad de ir a España.

¿Pero cree que sin consolidarse en Honduras ni en México, puede triunfar en la primera de España?
Creo que sí, pienso que las oportunidades llegan cuando menos se las espera. Uno no necesita ni haber jugado profesionalmente para tener una oportunidad; lo único es que las oportunidades solo se dan una vez en la vida. A pesar de que no haya jugado, tengo muy metido en mi sangre el fútbol mexicano y he aprendido mucho. Eso es lo que me da confianza de ir a España y también porque confío en lo que aprendí en mi país y en la famosa garra catracha que tenemos.