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El doble revés y la doble hazaña del hondureño Carlos Mejía

Se lesionó antes del clasificatorio, pero fue su máximo goleador, aunque recayó antes del Mundial, ya suma dos goles

12.10.2017

Nueva Dehli, India
Se dice que los rayos nunca caen dos veces en un mismo sitio. Sin embargo, el delantero de la selección hondureña Carlos Mejía no estará muy de acuerdo, ya que sufrió dos lesiones de rodilla en un periodo de apenas unos meses.

La primera, en el menisco, estuvo a punto de dejarlo fuera del torneo clasificatorio de la CONCACAF para la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA. “Tuve que operarme. Fue muy difícil, porque cuando uno es joven nunca piensa que le puede pasar eso, pero tuve muchísimo apoyo, me esforcé al máximo y conseguí recuperarme”, explica a FIFA.com.

¿Fue así de verdad? Su seleccionador, José Valladares, no cuenta la misma versión. “Jugó prácticamente lesionado ese torneo premundialista de Panamá”, confiesa el técnico después de la victoria sobre Nueva Caledonia en la segunda jornada del Grupo E. “Pero tratamos de protegerlo durante todo el torneo. Tuvo un papel importante, con una contribución decisiva para que llegásemos al Mundial”.

Ir a más cada día
Y decir eso es quedarse corto. A pesar de no estar restablecido por completo, Mejía anotó siete dianas en cinco partidos, fundamentales para que los catrachos pudiesen sellar su pasaporte para la India.

Entonces, en mayo de 2017, el combinado hondureño tenía cuatro meses para preparar su participación en la cita mundialista. Carlos se encontraba tan en forma que disputó con su club, el Vida, la final de un torneo local contra el CD Olimpia.

“Por desgracia, recayó de la lesión”, dice El Profe Valladares. “Es posible que no estuviese suficientemente curado de la anterior y que acusase el torneo de Panamá. Apenas un mes después de haber vuelto a jugar tuvo que pasar de nuevo por el quirófano”.

La Mini H necesitaba a su artillero para poder hacer un buen papel en la India, pero él mismo no se veía en la convocatoria. “Resultó más duro aún, porque pensaba que ya estaba suficientemente curado, me sentía bien, y entonces tuve que volver a empezar de cero”, se lamenta Carlos. “Psicológicamente, había tocado fondo, pero mi madre me ayudó muchísimo en ese aspecto, para que fuese a más cada día”.

La prensa local mostró imágenes de Mejía con muletas, que no sirvieron para tranquilizar demasiado en un momento en el que la selección se preparaba para partir en pocas semanas. Pese a todo, el seleccionador no llegó a contemplar prescindir de él.

“El Profe siempre mantuvo su confianza en mí, siempre creyó que tenía un lugar en el equipo, incluso cuando estaba lesionado”, agradece Carlos. “El preparador físico también estuvo a mi lado, y se esforzó para que pudiese estar listo en el torneo. Durante un tiempo incluso me quedé a dormir en su casa, para recuperarme lo mejor posible”.

Como un rayo
Y funcionó. Mejía volvió a pisar las canchas durante una concentración en España, la última escala antes de la India, y fue titular en los dos primeros compromisos de los suyos, contra Japón (1-6) y Nueva Caledonia (5-0).

“Durante los primeros minutos tuve algo de miedo en las carreras”, admite. “Pero a medida que fue pasando el tiempo dejé de pensar en el riesgo de lesión. Mis compañeros confían en mí, y me dan confianza”.

Y un Mejía con confianza es capaz de correr y golpear como un rayo, como demostró dos veces ante los neocaledonios. Ahora ya sabemos que el rayo sí puede caer dos veces en un mismo sitio, en este caso el Estadio Internacional Indira Gandhi de Guwahati, donde Honduras se jugará la clasificación para octavos de final contra Francia. “Para mí no ha sido fácil, después de esas lesiones, pero al final han sido retos que me ayudarán”.

Una vida de fútbol

- Carlos Mejía es hijo del exfutbolista profesional Ignacio Mejía
- Sus ídolos son Lionel Messi, Neymar y Philippe Coutinho
- El año pasado probó con el Manchester City y el Bolton

“No sé exactamente qué ocurrió, pero tuve que regresar a Honduras. No fue fácil, porque me había hecho a la idea de quedarme. Espero poder volver a Europa algún día. Cuando llegue ese día, sé que estaré listo y preparado psicológicamente para quedarme y para triunfar”.