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Phoenix, trampa para los migrantes, pero amante del fútbol

El jueves por la noche Honduras se mide a la selección mexicana por el pase a las semifinales de la Copa Oro

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17.07.2017

Phoenix, Arizona, Estados Unidos
En Phoenix, las autopistas están tan calientes como la sangre, son como un aguja que cruza de lado lado en la ciudad. Es algo desértico y árido. El sol se exhibe durante todo el día castigando a los caminantes y a los que trabajan en los enormes campos llenos de cultivos. Así es Phoenix, la capital del estado de Arizona y sede del juego de este jueves entre Honduras y México por los cuartos de final de la Copa Oro.

Este sector fronterizo con México ha sido catalogado un lugar de muerte para todos aquellos migrantes que cruzan a suelo estadounidense para comenzar a vivir su sueño, pero que en muchos de los casos se convierte en pesadilla. En los últimos años ha habido un promedio de 300 personas que han fallecido en el desierto anualmente.

Las cifras son escandalosas y sobre todo para México, que es el país que más compatriotas pierde en el desierto de Arizona.

El año pasado, como antecedente, 11 migrantes aztecas fueron encontrados en el desierto de Pima, un pueblo a casi cuatro horas de Phoenix.

Y es que a pesar de los esfuerzos por contener a los indocumentados, muchos insisten en su interés por ingresar a Estados Unidos, pese a conocer los riesgos.

A pesar de todos los programas impuestos por gobierno federal, los migrantes que viven de este lado se olvidarán el jueves por un momento del tema y disfrutarán de un partido de fútbol que despierta pasión, donde solo uno irá a la semifinales de la Copa Oro.

Es así que los aficionados catrachos y mexicanos que llegarán al estadio de la Universidad de Phoenix, podrán disfrutar con tranquilidad del juego, a pesar de los temores que tienen muchos por las disposiciones del nuevo presidente estadounidense Donald Trump.

De hecho la administración Trump pide leyes de inmigración más duras para los migrantes ilegales independientemente de si han cometido crímenes graves o no. Por ahora durante toda la Copa Oro eso no ha sucedido.



UN CALOR INFERNAL
En Phoenix se está viviendo el verano de Norteamérica de una manera infernal. La temperatura promedia entre los 38 y 44 grados, lo que provoca que en el tema futbolístico, los equipos tomen todas las medidas para combatir este clima en los días previas al juego.

Es por eso que México y Honduras han decidido entrenar este martes en horas muy tempranas para tratar de evitar que el fuerte sol le provoque una deshidratación excesiva a los futbolistas.

Pero así es Phoenix, la ciudad sede de esta nueva disputa futbolística entre México y Honduras. La ciudad en la que, aseguran, es normal ver a un grupo de migrantes corriendo por autopista huyendo de la policía migratoria.

Aunque lo más normal es ver a sus ciudadanos disfrutar del fútbol, sobre todos los mexicanos, que en este sector son mayoría y están a la espera del juego del jueves para apoyar a su querido Tri.