Deportes

Gerson Tinoco: 'yo tomo este reto como una revancha”

El delantero regresó a Honduras para quitarse una espina. ¿Cómo es nacer en un país y defender otro? “Es una sensación extraña...”

FOTOGALERÍA
09.07.2017

Tegucigalpa, Honduras
Nació bajo el manto de las cinco estrellas y anheló vestir la camisa de la H, pero las vueltas de la redonda lo llevaron a defender la bandera del quetzal y ahora que está de vuelta en la tierra que lo vio nacer quiere demostrar con Juticalpa que no en vano acumula más de 100 goles en su patria adoptiva: Guatemala.

“Cuando estaba pequeño, en Siguatepeque, soñaba con jugar en la Bicolor, pero no se me dio y tuve que tocar otras puertas”, afirma Gerson Tinoco al tiempo que un trago de agua ayuda a deslizar la amargura de aquella ilusión truncada... Y sí, la vida quiso que naciera en Honduras, pero el balón prefirió que defendiera a Guatemala.

“Me siento querido en Guatemala, siempre me lo hace saber la afición y son cosas que valoro”, apunta el refuerzo canechero, que a sus 28 años tiene mucha historia que contar... De aquel inicio en la liga mayor de Siguatepeque pasaron múltiples vivencias: jugó dos finales de ascenso en suelo catracho, firmó y a los días rescindió con Motagua, se hizo ídolo en Cobán y su primer gol como guatemalteco lo anotó caprichosamente ante su Honduras... Vaya historia de este profeta en suelo ajeno.

¿Qué tal, Gerson? Eso de ser futbolista fue un sueño de niño...

Yo siempre lo soñé, siempre deseé ser futbolista profesional, sin imaginarme todas las cosas que debía pasar, como encontrarme obstáculos en el camino que me desmotivaban, pero a la vez me daban fuerzas para seguir adelante...

Me imagino que pensó en hacer carrera en Honduras y no en Guatemala...

Sí, no me imaginé jugar con otra selección. Siempre me llamó la atención formar parte de una selección catracha. Cuando uno sueña y desea ser futbolista quiere jugar en su país, debutar en Liga Nacional y formar parte de una selección; ese es el sueño de todo niño.

Y en esa etapa, ¿de qué equipo era hincha?

Mi papá siempre fue aficionado del Olimpia, entonces uno seguía el ejemplo del papá. Mi padre me decía que Olimpia era el mejor equipo del país y yo empezaba a seguir al Olimpia, pero uno va aprendiendo y empapándose más del fútbol, y ya después lo ve diferente...

Dejando al Gerson niño y pasando al futbolista, ¿cómo ha sido su carrera?

Yo comencé en liga mayor con el Deportivo Siguatepeque; luego, a los 19 años mi amigo Carlitos Noriega hizo el contacto para llevarme a El Salvador, en donde estuve un año en El Roble de Ilobasco. Después regresé a Honduras, me sumé al Independiente, en donde peleé una final de ascenso contra Necaxa. Después, por medio de un amigo (Marcial Chávez) llegué a Motagua en 2011.

¿Y qué pasó en el Azul?

Esa experiencia fue con Primi como técnico. Firmé contrato, pero me querían mandar a préstamo al Social Sol de Segunda y no me gustó la idea. Rescindimos, regresé a Siguatepeque y me fui a Parrillas, en donde peleamos el ascenso contra Choloma. De ahí, pasé una prueba en el Vida, pero antes de firmar me llamó Mauro Reyes, que me recomendó a Cobán... y así llegué a Guatemala.

¿En qué momento se dio cuenta que no debutaría en la LNP de Honduras?

En el momento en que yo salí de Motagua me di cuenta que iba a ser muy complicado porque ya cuando uno firma un contrato en Primera División y le toca rescindir es una señal que va a ser difícil. Siento que allí fue cuando dije: “He tocado muchas puertas y todas se me han cerrado”. Allí se me vino a la cabeza que no iba a tener esa oportunidad.

¿Se sintió relegado en su propio país?

Quizás, a veces uno piensa eso, pero es la manera de interpretarlo. Al no haber bajado los brazos se abrió esta oportunidad que hoy tengo con Juticalpa.

¿Siente que con usted sí se acuña aquello de que nadie es profeta en su tierra?

Claro que sí. Desde el momento que salgo de Honduras y me abren las puertas en Guatemala, me fue bien e iba creciendo en todo, ese dicho llega a confirmarse. Uno debe aprender y saber que si se le cierra una puerta, Dios le abre muchas puertas más.

¿Tiene alguna espina clavada porque no le dieron oportunidad en Honduras?

Sí, este reto con Juticalpa lo tomo como una revancha. Tuve que salir de Honduras y aprovechar una oportunidad afuera y hoy en día surge ese chance que por mucho tiempo busqué. Ahora tengo la responsabilidad y obligación de demostrar que cada vez que yo buscaba ese chance podía dar resultados.

¿Y cómo es nacer en un país y defender otro?

Al principio es una sensación un poco extraña porque uno dice: “Estoy vistiendo la camiseta de otro país”, pero la responsabilidad y compromiso no se pierden. Lo mío fue algo muy rápido, no hubo mucho tiempo de pensarlo; se dio la oportunidad y se tomó.

¿O sea que no le costó tomar la decisión?

Al inicio no le pareció mucho a mi mamá y a mi papá porque ellos todavía no tenían tan clara la idea, pero con el tiempo fueron aceptando. A mi papá le costó más asimilarlo, pero al final dijo que no era mala la idea.

¿Y qué sintió cuando le anotó a Honduras?

Le marqué dos. En el tercer partido con la selección marqué mi primer gol a Honduras (1-1, el 8 de octubre de 2015 en el Nacional). Antes de salir de Guatemala, yo tenía esa sensación de que podía anotar, pero a la vez me mentalicé en no celebrarlo. Tenía más presente en no celebrar que en anotar. Pude anotar con Guatemala y ante Honduras, entonces a veces pasan cosas extrañas que uno quisiera buscarle explicación y no la encuentra.

Con seis años en Guatemala, es voz autorizada. ¿Es menos la liga chapina que la catracha?

Son pocas las diferencias, pero prevalece la rapidez y la fuerza con la que se practica el fútbol en Honduras; en Guatemala el fútbol es un poco más pausado y no acostumbran a pegar tanto, pero es ahí donde saca ventaja Honduras.

¿Será más difícil meter goles en Honduras?

Es un poco más difícil, hay que pensar un poco más rápido y es una de las ventajas que le lleva Honduras a Guatemala.

¿Llega a Juticalpa con sed de revancha por lo vivido antes en el país?

Es por lo cual nunca perdí las esperanzas de volver a Honduras para jugar en primera. Tengo ese compromiso de demostrarme a mí mismo que no fue de gusto que busqué esa oportunidad anteriormente.

¿Hay presión por tener más de 100 goles en la Liga de Guatemala?

Donde uno juegue la presión es lo primero que llega, de uno mismo, de la afición y de los directivos. No hay que desesperarse y tener la confianza en uno mismo de que las cosas van a salir bien.

¿Cuáles son sus metas con Juticalpa?

Primero, hacer goles, que es por lo que me han traído y, luego, uno siempre quiere triunfar y pelear por el torneo. Se ha armado un equipo competitivo y esperamos dar lucha y esperamos pelear por el título. Hay que mentalizarse para jugar cada partido como una final.

¿Podría ser Juticalpa el próximo Honduras EP?

Nada es imposible cuando se trabaja con mentalidad ganadora; si uno trabaja para ganar, lógicamente va a conseguir esos triunfos. Los jugadores que hoy en día conforman al Juticalpa tienen compromiso y actitud. En estos días de pretemporada se ha visto que es un equipo que va a dar lucha y sobre todo tener esa hambre de triunfar.

¿Cómo se describe como futbolista?

Me gusta tener mucha movilidad, soy un delantero que me gusta sacrificarme por el compañero, no solo hacer goles, si no que si puedo marco o hago una cobertura. No soy un atacante que se mantiene estático, si no un futbolista que me gusta moverme, apoyarme y buscar los espacios.

Un gusto, Gerson. Finalmente, a sus 28 años ¿cuáles son sus ilusiones no cumplidas y los anhelos por cumplir?

El sueño no cumplido es lógicamente no haber formado parte de una Selección en Honduras y sueños por cumplir hay muchos. He aprendido que con esfuerzo y mucha dedicación las cosas se van dando de a poco, entonces los resultados se irán dando. Vengo con la mentalidad de triunfar en Juticalpa, tanto en lo personal como en lo colectivo.