Honduras

Descendientes donarán a Honduras restos de Dionisio de Herrera

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09.10.2015

San Salvador, El Salvador

La afanosa búsqueda de los restos del prócer Dionisio de Herrera emprendida por EL HERALDO, a la que se sumaron tres descendientes del ilustre repúblico, ya dio un primer resultado: encontramos la lápida, no así la tumba.

Los restos de quien fue el primer jefe de Estado de Honduras siguen siendo un misterio y esto es más grave aun porque no preocupa a las autoridades hondureñas y mucho menos a las salvadoreñas. Son pocos quienes se preocupan por estos valores históricos, por rescatarlos y redimirlos de ese abandono en el que se encuentran.

Por lo menos los restos de los otros próceres, Francisco Morazán y José Cecilio del Valle, ya se sabe dónde descansan. El primero en el cementerio general de San Salvador y el segundo en el cementerio general de Guatemala, ambos sitios visitados por este rotativo el año pasado.

La incertidumbre que se ha generado alrededor de la tumba de Herrera hizo que los tres entrevistados por EL HERALDO coincidieran en su deseo de donar los restos al Estado de Honduras, pero que el gobierno se interese en su búsqueda.

La muerte del prócer
Herrera murió 15 días después de haber dictado su testamento, el 15 de junio de 1850. “Ese día las campanas de los templos tañeron con honda tristeza, en el cielo límpido de Centroamérica, una cinta de blancas nubes, a semejanza de las palmas mortuorias, apareció radiante bajo el domingo azul para cubrir el féretro como lo hubiese cubierto el pabellón de la patria despedazada”, dice el erudito historiador José Reina Valenzuela, en su biografía dedicada al padre de la patria.

Este mismo historiador es quien documenta que los restos de Herrera estaban enterrados en la iglesia El Rosario, en el centro de San Salvador, relato que coincide con el testimonio de los descendientes del prócer, entrevistados por EL HERALDO.

Hay una carta de la nieta del prócer, “Nelita” (Manuela) Aplícano Herrera, dirigida a la señorita Trinidad del Cid, que dice: “Al morir mi madre por 1896, mi padre don Exequiel Aplícano, que era coronel, me hizo entrega de una cajita de madera conteniendo los restos mortales de don Dionisio de Herrera que fueron enterrados en el ataúd que conducía los de la autora de mis días. A raíz de un movimiento unionista, yo desenterré esos restos, en la esperanza de que el gobierno de Honduras quisiera repatriarlos, pues por intermedio de Augusto C. Coello me los habían solicitado. Después hice entrega de dichos restos al padre Moreno de la iglesia de San Francisco y mucho tiempo después, a iniciativa de este, los entregué al padre Prior del Convento de Santo Domingo, fray Manuel Diez, quien los inhumó en la iglesia de El Rosario, previa autorización de monseñor Belloso y Sánchez”.

El historiador Reina Valenzuela considera que la familia de Herrera tuvo la buena intención de donar los restos del ilustre patricio a Honduras, pero no se sabe por qué no se concretó la idea.

Llegamos a El Rosario
EL HERALDO llegó hasta la iglesia El Rosario en busca de los restos del repúblico. A esta tarea se sumaron los descendientes de Herrera: Graciela y Bernardo Sequeira, que llegaron muy temprano al templo donde nos atendió el cura párroco Gustavo Villalobos, de origen costarricense.

“Para serles honesto la persona en cuestión (Herrera) es la primera vez que la escucho”, dijo el prelado, quien estimó que para la época en que enterraron a Dionisio de Herrera (1850) no existía la iglesia El Rosario, pero sí había otra, “era un edificio distinto, con dimensiones en el espacio que ocupa el actual templo”.

San Salvador siempre ha sido una ciudad vulnerable a los terremotos. El templo donde fueron enterrados los restos del prócer fue destruido por un fuerte sismo, se levantó uno nuevo y probablemente ahí quedaron las osamentas de Dionisio de Herrera y de su hija.

La iglesia de El Rosario, posteriormente, en la década de los ochenta del siglo recién pasado, fue modificada. Este trabajo fue encomendado al arquitecto Rubén Martínez. Buscamos entonces al arquitecto Martínez, de quien se nos dijo que vivía en la colonia Planes de Renderos, segunda entrada, colonia San Juan.

Logramos llegar con la ayuda de don Santiago Ramos Méndez y de los vecinos de la colonia que lo conocen por su don de gente, por su profesionalismo. Nos recibió con toda la amabilidad de un hombre culto, profesional que aún, pese a su avanzada edad, trabaja haciendo esculturas.

Este hombre ha diseñado y construido varias iglesias. “Con respecto a la iglesia El Rosario, cuidadosamente trabajamos y no encontramos ninguna tumba”, dijo. “La iglesia estaba por caerse, era de madera y estaba podrida. Me tocó desmantelarla, pero como el culto no se podía detener, dejé una iglesia adentro y sobre esa iglesia hice la mía. O sea que la iglesia antigua quedó adentro. Podría ser que haya habido restos, pero yo no encontré nada, yo soy un hombre respetuoso”.

En el atrio se encontraron unos restos, pero eran de varias personas que murieron víctimas de una matanza de los militares que les taparon la salida.

Pueden estar en el centro de la iglesia
Sin embargo, el arquitecto dejó entrever que en el centro de la iglesia El Rosario pueden estar los restos mortales del prócer centroamericano. “Donde no tocamos fue en el centro de la iglesia y probablemente ahí estén los restos de Dionisio de Herrera”, expresó.

“Yo solo excavé los dos laterales, el centro no lo toqué, podría ser que en el centro algún día hagan excavaciones y podrían encontrarlos”.

En este mismo sitio donde se halla la iglesia El Rosario se han construido cinco edificios religiosos, según el arquitecto.

La que él hizo fue la quinta iglesia. En una de esas construcciones algunas lápidas, incluyendo la de Dionisio de Herrera, fueron trasladadas a otro sitio.

Así fue. La del prócer se la llevó una de sus descendientes hacia Santa Tecla y al final fue donada a la fundación Manuel Gallardo, fundada por su nieto Miguel Gallardo.

Hasta ahí llegó EL HERALDO y logramos dar al menos con la lápida del primer jefe de Estado hondureño. Es cuadrada, de mármol, está colocada sobre una base de cemento. Dice: “Dionisio Herrera EPD. Fue presidente de Honduras, El Salvador y Nicaragua. +1850”.

Más abajo de la placa se lee: “Dolores Herrera de Aplícano QDDG + 1896”. Dolores era hija de Herrera.

La encargada de la Fundación Manuel Gallardo, Ingrid Gallardo, dijo que la placa de Dionisio de Herrera ahí se conservará porque ese fue el deseo de los descendientes del prócer.

Descendientes dispuestos a donar los restos a Honduras
Los descendientes de Dionisio de Herrera hicieron un llamado al gobierno hondureño para que se interese por buscar los restos del prócer y están dispuestos a donarlos.

Graciela Sequeira, tataranieta, dijo: “los restos los dejaron ahí en la iglesia de El Rosario, pero no sé exactamente en qué lugar están”.

“Cuando a mi papá le dijeron que todos estaban juntos y que iban a quedar enterrados ahí, pues él dijo: ¿y qué voy a hacer?”

Dijo que, en lo personal, le gustaría que las osamentas de Herrera estuvieran en Honduras. “Si allá le rinden honores no veo por qué van a permanecer aquí, que ni siquiera lo conocen. Este sería una relación de Estado a Estado. Estoy segura de que mis hermanos autorizarían que los restos fueran trasladados”.

Su hermano Bernardo, también tataranieto del orgullo de Choluteca, expresó: “A don Dionisio se le respeta mucho en Honduras y aquí (en El Salvador) no se le reconocen todos los méritos que tuvo. En Honduras hay plazas, calles, escuelas, bibliotecas que llevan su nombre. Allá se le reconocerían los méritos que como prócer tuvo”. De manera que tienen la palabra las autoridades hondureñas.