Honduras

Honduras: Tras la cacería de coyotes

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13.07.2014

SERIE 1/3

Ocotepeque, Honduras

El chasquido de las hojas secas se vuelve más intenso a medida que un contingente policial redobla el paso sobre la orilla de una quebrada tributaria del río Lempa.

Son un grupo de agentes élite que se enmontañan y peinan cerros en busca de traficantes de personas, principalmente de menores, ahora que el trasiego de infantes hacia Estados Unidos ha repuntado dramáticamente.

EL HERALDO fue testigo de una de las acciones de vigilancia por uno de los puntos ciegos preferidos por los tratantes en el marco de las operaciones Rescate de ángeles y Coyote 1 que realiza el Grupo de Operaciones Especiales Tácticas (GOET) de la Policía Nacional desde el mes pasado.

El recorrido de 3.5 kilómetros dura aproximadamente una hora con veinte minutos y consiste en una ruta en “U” que bordea la accidental aduana de Agua Caliente, en Ocotepeque, hasta llegar dentro de territorio guatemalteco, a unos 70 metros de la aduana de ese vecino país.

Una vez sobrepasados estos puntos de control, los traficantes continúan su camino por Guatemala y México hasta llegar a Estados Unidos.

Recorrido

La escuadra de policía sale en distintas camionetas, algunas de estas blindadas, para trasladarse al punto donde se realizará la excursión.

El líder del pelotón de una docena de elementos fue el comisario Miguel Martínez Madrid, jefe de la unidad de GOET.

No se descuida ningún detalle. Se ponen chalecos antibalas, cargan sus fusiles M-16 con capacidad de disparo en ráfaga y sintonizan sus celulares mediante una aplicación que les permite conocer dónde irá cada grupo de la escuadra en la montaña.

En los uniformes de los efectivos se han quitado los nombres y las insignias que indican el rango como medida de protección, pues este es un grupo que por las labores especiales que realiza está más expuesto a recibir represalias.

La travesía a pie inicia en el sector denominado Las Pilas, un restaurante ubicado en una pendiente a la orilla de la carretera, donde se cultivan en cinco abrevaderos las tilapias que ofrecen a viajeros.

Los efectivos, que se dividieron en cuatro grupos de tres, bajaron en veloz carrera por el escarpado ante la mirada recelosa de los empleados del comedor.

Rápidamente los policías llegan a una llanura tapizada por plantas de café, uno de los tantos cultivos que dominan el paisaje sobre las montañas occidentales.

Una alfombra de hojas resecas y arrugadas cruje con el pasar raudo de la patrulla, mientras el comisario Martínez Madrid anuncia que pronto se comenzarán a ver indicios del paso de migrantes por ese punto ciego.

Los agentes progresan en su camino hasta encontrarse con un arroyo plagado de piedras pulidas por la corriente.

Deciden cruzar hasta la otra orilla y para ello hacen malabares y dan saltos entre los monolitos.

Al pasar al otro extremo se comienzan a observar señales del éxodo de los migrantes.

Entre la vegetación, a lo largo del camino, hay regados decenas de platos plásticos, botes de medicinas como expectorantes y bebidas energizantes.

El comisario Madrid toma un envase plástico del refresco energizante Volt de 300 centímetros cúbicos y cuestiona que “un campesino no toma de estas cosas; esto lo toman los migrantes para tomar energía durante el camino”.

En un extremo de la corriente quedan varios depósitos de aguas termales que son utilizados por los adultos para lavar las ropa y otras pertenencias de los menores.

Los policías caminan sin detener el paso y continuamente preguntan las posiciones de los equipos por sus radios de onda corta.

Leche en polvo

Al llegar a una pequeña colina llena de pinos, en medio de la maleza se encuentra una lata de leche en polvo marca Nan, una evidencia de que niños de corta edad que pasan por el punto ciego son alimentados durante la travesía.

“Lo que nos da pesar es que esta es la evidencia de que bebés de cero a seis meses están cruzando por aquí, por la zona fronteriza, y de estas latas a lo largo del camino se encuentran muchas”, expresó Madrid.

Este punto ciego, uno de los 12 utilizados por los traficantes, atraviesa varias propiedades privadas, por lo que los policías caminan con cautela ante la posibilidad de que los propietarios de esos terrenos les reclamen por su presencia y les pidan que desalojen.

Corrupción policial

La zona también es usada como tránsito de campesinos que van y vienen con productos para la labranza.

En el camino, los miembros del GOET se encontraron con un campesino que aseguró ver de forma constante filas de personas movilizándose por la zona y muchos de ellos menores.

“Se miran grupos de como 12 personas con menores, tal vez unos cuatro”, dice Joel Sánchez, de 23 años, mientras carga una rama en su espalda.

Pero en esta zona de difícil acceso también están invadida de la corrupción policial porque, según el labriego, los elementos del orden exigen dinero a los migrantes para dejarlos pasar.

“Ahí les piden dinero y por eso los dejan que se vayan”, aseguró.

Martínez Madrid, con muestras de agotamiento por el esfuerzo que le exigió subir una prolongada colina, admite que puede haber contubernio de los policías con los traficantes de personas en este sector occidental, pero que parte de la misión del GOET es investigar este ilícito.

“Parte de la misión que tenemos, como unidad especial, es combatir la corrupción; no es un secreto que hay autoridades corruptas y es por eso que nosotros tenemos que verificar y asistir... lo que es el pase de dinero de parte de coyotes a autoridades”, expresa el oficial.

Los policías se siguieron abriendo paso entre la maleza y sobre reducidos caminos a orillas de prolongados riscos.

Después de hacer un recorrido de cerca de una hora y alcanzar la cúspide de una montaña, comienza un camino llano con plantaciones de banano y algunas vacas que han dejado por doquier sus heces fecales.

Desde la cumbre se observa una posta policial ubicada a pocos metros de la aduana de Agua Caliente.

También son evidentes las huellas de automóviles por el lugar, una muestra de que los caseríos, ranchos y la calle pavimentada sobre Guatemala está cerca.

Pero antes hay que sortear primero un portón desvencijado con alambre de púas y luego un segundo portón de madera.

Los rayos del sol agonizan y un efectivo conmina al equipo de EL HERALDO a acelerar el paso porque en la zona puede haber vigilantes que creen que los pasantes son ladrones y pueden disparar.

Al pasar estas dos puertas solo queda un camino lleno de lodo que conecta con la carretera panamericana, en territorio guatemalteco, y la travesía por el punto ciego habrá terminado.

A la orilla de la calle principal y asfaltada queda una pulpería donde hay un menor y un adulto a quienes se les pregunta: “¿Aquí ya es Guatemala?”, y ellos responden afirmativamente.

Sudorosos, los elementos policiales caminan hasta donde está una tranca en la aduana de Guatemala, la atraviesan y luego se dirigen a la aduana hondureña.

Ya en suelo hondureño, los miembros del GOET mostraron un segundo paso ciego, situado en la zona donde está colocado el mojón que representa la división territorial entre Honduras y Guatemala.

De acuerdo a informes en poder del GOET, los coyotes o polleros cobran unos 1,500 lempiras por persona que hacen cruzar por este punto ciego de menos de cuatro kilómetros.

Las operaciones Rescate de ángeles y Coyote 1 iniciaron el 20 de junio y por medio de ellas se ha logrado la liberación de 87 menores, de edades entre 4 y 17 años, que transitaban por esta ruta ilegal sin sus padres y que eran llevados por coyotes.

Los traficantes de personas indocumentadas se aprovechan de la ignorancia de ellas porque les cobran dinero por un “servicio” que se puede tramitar en las aduana sin costo alguno.

“Si un padre lleva a un menor fuera del país y lleva la autorización por escrito del otro padre no hay problema para que este menor salga del país, así que no es necesario pagar coyote para llevar un menor a Guatemala”, explicó Madrid.

Las personas que saquen del país a un infante de manera ilegal incurren en el delito de vulneración de derechos y se exponen a que se les condene a una pena de 2 a 4 años, recordó el oficial, según el artículo 179 del Código Penal.

En los mismos operativos realizados por el GOET se ha encontrado a 39 cubanos, 24 ecuatorianos y 10 nicaragüenses que, igualmente, pasaban por los puntos ciegos.

Repunte

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos reportó que en centros detención y albergues han sido llevados unos 6,600 menores capturados por ingresar a esa nación de forma ilegal.

Esta cifra confirma el repunte que existe en el éxodo de migrantes menores, muchos de los cuales viajan a Estados Unidos para reencontrarse con sus padres.

Durante su periplo, que incluye Honduras, Guatemala y México, muchos infantes son víctimas de abusos y hasta mueren por la inclemencia del clima o caen en las garras de traficantes de órganos.

Buses

Después de hacer el operativo en el punto ciego colindante a Agua Caliente, el grupo GOET realizó una revisión de unidades de transporte que se conducían por la carretera que lleva de Honduras a Guatemala.

Carros particulares, rastras y buses fueron requisados por igual.

Cuando tocó la revisión a un bus de la empresa Congolón, se ordenó a los pasajeros que se bajaran de la unidad y demostraran que contaban con sus documentos personales.

En el grupo iba una familia entre la cual una madre llevaba a una menor, pero sin el permiso escrito del padre para sacarla del país, por lo que se le impidió su salida.

De igual manera, se encontró en la unidad un grupo de 10 cubanos que habían ingresado ilegalmente a Honduras por Choluteca, pero se les extendió un salvoconducto que les permite transitar por el territorio y por ello se les dejó seguir su camino hacia Estados Unidos.