Cubierta con azulejos y descoloridas flores naturales y artificiales está el sepulcro de la persona cuya identidad fue utilizada para realizar “la gran estafa” al FPSENEE.
EL HERALDO llegó al cementerio Amor Eterno, de la capital, donde reposan los resto de Max Geovanny Flores Torres, el nombre que fue usado para sustraer del FPSENEE 14.8 millones de lempiras en una operación sin precedentes.
Se hizo el reconocimiento visual de la tumba de Flores Torres para corroborar que efectivamente hay un sitio donde se le dio sepultura y, según empleados del cementerio, periódicamente llegan sus familiares a contemplar esa última morada.
“Sí, vienen algunos familiares a ver la tumba”, dijo uno de los empleados del cementerio ubicado en la parte baja de una colina que limita con otro camposanto.
La placa indica que Flores Torres nació el 18 de marzo de 1968 y murió el 26 de marzo de 2011, tiene el mensaje “recuerdo de su hermana, esposa, hijos y nietos”.
Cuando Max Geovanny Flores Torres perdió la vida en Sabá, Colón, sus familiares contrataron los servicios de la funeraria Jerusalén para realizar el velatorio. Ya se tenía adquirido un contrato de fosa en el cementerio Amor Eterno.
Según el acta de defunción de Flores Torres, el permiso de entierro se extendió el 28 de marzo de 2011, o sea dos días después de que este muriera de una enfermedad en esa zona del litoral atlántico.
Para que la encuentre el MP
La tumba está situada en el lote 52, en el Jardín Espíritu Santo, uno de las 14 divisiones que conforman el camposanto Amor Eterno. Ese lote está frente a las oficinas administrativas del cementerio.
Plumeros y moños rojos, lirios morados y algo pálidos son parte de las flores que están encima de la sepultura.
Unos 20 azulejos rectangulares cubren el sepulcro que además está protegido con un pequeño cerco conformado con 36 estacas con la punta doblada.
El ataúd de Flores Torres está sobre los féretros donde descansan los restos de su padre Víctor Manuel Flores y su madre María Eleuteria Torres, ya que se trata un nicho compartido.
Banco dará respuesta
La agencia bancaria que certificó el cheque por valor de 14.8 millones de lempiras del FPSENEE, cobrados por la persona que usó la identidad del ciudadano muerto, dictaminará este jueves si las firmas del documento son reales o falsas.
De la conclusión de esa pericia depende que ese banco decida si devuelve al programa de pensiones el dinero o se niega a hacerlo.
En caso de que el banco se niegue a hacer el reembolso, el FPSENEE tiene lista una demanda de pago que piensa interponer ante el Juzgado de Letras Civil de Francisco Morazán.
El FPSENEE pidió a la Fiscalía, por medio del departamento de Documentología, que haga un peritaje de las firmas del documento para así tener una opinión técnica y oficial sobre la autenticidad de esas marcas.
Si las firmas son originales se prevé que se presentan acciones criminales contra el personal de la junta directiva del FPSENEE que las estampó.
