Los templos son de las edificaciones más bellas construidas por el hombre en el mundo moderno.
Sea cual fuere el grupo religioso que los construya, son recintos destinados como centros de adoración en los que se realizan sagradas ordenanzas.
En Honduras, no pocos han visto con profunda admiración el imponente templo que se erige en el sector sur de la capital.
Y es que este templo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, el cual está listo para ser inaugurado en los próximos días, puede apreciarse desde diversos puntos de la ciudad.
Los líderes de esta Iglesia han afirmado que este templo será una bendición para Honduras porque es “La casa del Señor”.
Ahí, sus miembros pueden aprender más acerca de Jesucristo, su Plan de Salvación y el propósito de la vida.
Uno de los principios fundamentales que se enseña es la unidad familiar, mediante matrimonios eternos.
Actualmente la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene aproximadamente 140 templos en funcionamiento en todo el mundo.
En la región de Centroamérica hay templos en Guatemala, Costa Rica y El Salvador.
A estos templos de la región se suma ahora el de Tegucigalpa, Honduras, recientemente terminado.
Cuando una estructura de estas es concluida, el primer paso hacia su apertura y pleno funcionamiento es la realización de una Casa Abierta, en la que todo el público interesado en visitarlo puede entrar con el ánimo de conocer y aprender.
Esta Casa Abierta, según lo informado por las autoridades de esta Iglesia, se realizará del sábado 9 de febrero al sábado 3 de marzo.
Los días lunes, los hondureños podrán ingresar en horario de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde.
De martes a sábado, estará abierto de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche.
Los domingos no se realizarán recorridos por el templo.
Posterior a la Casa Abierta, el templo es dedicado, siendo el único requisito de ingreso ser miembro de la Iglesia.
La inauguración y dedicación de este templo está prevista para el domingo 17 marzo de 2013, siendo un oficio presidido por las máximas autoridades a nivel mundial de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Según lo informado, el acto inaugural será presidido por una noche cultural donde más de cinco mil jóvenes miembros de esta Iglesia, que llegarán de todo el país, mostrarán sus habilidades artísticas.
Cabe destacar que la diferencia entre un templo y un centro de reuniones ubicado en algún barrio o colonia, es que los segundos sirven para llevar a cabo servicios de adoración y actividades sociales y recreativas.
Mientras que dentro del templo los miembros fieles de la Iglesia participan en ordenanzas centradas en la familia, tanto para ellos como a favor de sus antepasados.
Este templo es engalanado con hermosos jardines, centros de reuniones, casa de huéspedes y restaurante, ya que desde su apertura, millares de personas viajarán cada semana desde diferentes puntos del país.
Durante la noche, la luminosidad de la estructura crea un ambiente de divinidad en el horizonte capitalino.
Especial interés tiene la estatua dorada ubicada en la cúspide de la torre central. Este ángel, llamado Moroni, es uno de los profetas de América que, según lo escrito en el Libro de Mormón, fue el encargado de enterrar los anales históricos de toda una civilización que se mantuvo y a la vez se apartó del camino de Dios, hasta su destrucción.
La estatua muestra un ángel tocando una trompeta, anunciando de esta manera la restauración del evangelio en la época moderna.
Los templos en la historia de la humanidad
Los templos no son un concepto nuevo de los mormones ya que desde los tiempos del Antiguo Testamento el Señor ha mandado a su pueblo construir templos, es decir, estructuras sagradas donde Él podía enseñarles, guiarles y bendecirles.
Por ejemplo, el Señor mandó a los israelitas construir un tabernáculo portátil, el cual funcionaría como su templo mientras anduvieran por el desierto.
En la Sagrada Biblia también se hace mención al tiempo cuando Jesucristo vivió en la Tierra, al cual se le conoce como el templo de Herodes, el cual era frecuentado por nuestro Salvador.
Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días afirman que tiempo después de la muerte de Jesucristo y su resurrección, así como la muerte de los apóstoles, no hubo templos en la Tierra hasta lo que denominan “la restauración del Evangelio de Jesucristo” a principios del siglo XIX cuando el joven José Smith fue llamado como profeta y se le mandó restaurar el evangelio y además construir templos, siendo los primeros en ser construidos los templos de Ohio, Illinois y posteriormente Utah.
