Honduras

Honduras: Criminalidad e impunidad generan impotencia y frustración

Urge un gran diálogo para buscar solución a la situación de inseguridad. No se puede seguir esperando a que el tiempo solucione los problemas, de lo contrario vendrán cosas peores.

07.04.2014

La falta de investigación de la Policía, la incapacidad del Ministerio Público y la falta de compromiso de los jueces en la lucha contra los altos índices de criminalidad están conduciendo a que la sociedad caiga en un alto grado de impotencia y frustración, expuso el analista y empresario Olban Valladares.

A su criterio, los crímenes selectivos solo son una consecuencia de la impunidad en un país donde se perdió el respeto a la autoridad y la práctica de resolver los problemas por la vía de la ley y el diálogo. Asimismo percibe que ciertas personas con intereses muy siniestros están obteniendo rentabilidad con la crisis en el sector del Bajo Aguán.

¿Por qué la violencia y la criminalidad en Honduras tienden a agudizarse en vez de reducirce? Estos procesos ya se han dado en otros países. En el mismo Estados Unidos, dos o tres décadas antes se recrudeció la violencia en ciudades como Nueva York y Chicago, y fue hasta que montó una política de criterio unificado entre todas las fuerzas sociales y se pusieron en práctica las medidas, que comenzó a mejorar el ambiente.

Nosotros no estamos entendiendo que estamos peleando contra un enemigo común, por el contrario, aquí las luchas se definen desde el punto de vista político. Cuando hay crítica de los medios, el gobierno salta a la palestra y empieza a objetar al medio porque lo considera un ataque de tipo político, no entienden que este es un problema de solución general, que aquí es donde nosotros debemos empezar a buscar soluciones.


La situación de inseguridad en el país urge de un gran diálogo. Esa es la plataforma que se ideó hace muchos años para identificar los problema y buscarles soluciones.

¿Pero el país necesita de soluciones urgentes? El Consejo Nacional de Convergencia, que tuvo el apoyo del presidente Carlos Roberto Reina y de las fuerzas sociales, no tardó ni un año en formarse; en el transcurso de pocos días se formaron las mesas de diálogo. Si hay voluntad política, no necesitamos mucho tiempo para tener respuestas y resultados.

Los crímenes selectivos están a la orden del día, colocando internacionalmente a Honduras como una sociedad salvaje. Eso es lo que tenemos que entender. Esta calificación no favorece a uno y beneficia a otro en particular. Estas calificaciones nos desprestigia al país en pleno. Se necesitan investigaciones serias, no investigaciones que duran solo los tres días de la efervescencia de la noticia mundial. La sociedad hondureña necesita investigaciones que nos lleven en un tiempo razonable a identificar a los culpables, para luego someterlos a la justicia.

De lo contrario, ¿qué pasará?
Cuando no hay investigación, hay acusaciones que saltan de manera improvisada, sin sustentación alguna y eso no nos va a llevar a identificar a los verdaderos responsables. Los operadores de justicia se van a perder en esa neblina de acusaciones provocando que el país siga deteriorándose. Nosotros debemos juntar esfuerzos con todos los sectores involucrados e interesados que quieren que este país salga adelante para establecer una política de identificación, de persecución, juzgamiento y condena de las personas responsables.

¿Hay irresponsabilidad del Estado en la lucha contra la inseguridad? Esa irresponsabilidad en la lucha contra los delitos se puede dar solo por dos maneras: una, entendiendo quiénes son los delincuentes y pudiendo identificarlos, el espíritu de impunidad que existe les permite que el tiempo corra y no se les haga nada; por otro lado, está la incapacidad para la investigación y el enjuiciamiento, eso es lo que más nos debe llamar la atención.

Si no hay investigación y persecución de los delitos, y por el otro lado hay permisividad y tolerancia de estas cosas, entonces estamos en una etapa crítica.

Ante la irresponsabilidad de los operadores de justicia, ¿qué sectores están aprovechando ese vacío? Es que ya no se puede identificar culpables solo de cierto sector, el problema es que la situación ya se fue de las manos. La gente que se siente afectada llega a la conclusión de que no tiene autoridad que la defienda, entonces utiliza sus propios recursos y mecanismos para deshacerse de la parte contraria. De igual forma, los criminales, al ver que no hay persecución, actúan en plena libertad y sin mayor temor. Aquí estamos en la ley de la selva, sálvese el que pueda. Y sobre esto no se ven soluciones a corto plazo.

¿Qué se puede esperar entonces con autoridades incapaces? Mire, todo esto está conduciendo a que la sociedad caiga en un alto grado de impotencia, de frustración y en esos casos lo que surgen son procesos de anarquía, donde los pueblos se desesperan tanto que están dispuestos a tolerar cualquier cosa, incluyendo el atropello de los mismos derechos humanos. En países donde ha surgido situación de caos, han surgido dictaduras feroces que han arrasado con todos, con vidas, propiedad, con honras y dignidad, y así de alguna manera han logrado establecer alguna especie de estabilidad, pero han destruido otros elementos muy importantes de la sociedad.

¿Hasta dónde podrá aguantar este pueblo?
No sigamos esperando que se aplique la teoría de la solución por tiempo. Hay unos que dicen que esperamos que algún día esta situación mejore, eso no es cierto, estas cosas van recrudeciéndose y si se transforman, se transforman en cosas peores, menos manejables. Por eso es importante que nosotros evitemos en este momento esa especie de antagonismo político barato, estéril, y demos importancia a las cosas que golpean severamente al pueblo hondureño.

¿Hasta qué punto los políticos son responsables de esta crisis de inseguridad? Acuérdese que en tiempos pasados se generó la costumbre de que todas las instituciones estaban plagadas de representes políticos de los partidos tradicionales, no eran profesionales que llegaban por capacidad.

La Corte Suprema siempre fue perseguida aquí por un sector político identificado, que todos sabemos quien fue. En la medida que las instituciones obedecen órdenes de tipo partidario, en esa medida la justicia en general deja de aplicarse, y un pueblo sin justicia es un pueblo sin plataforma para poder prosperar.

El doctor Ramón Custodio desde hace años viene clamando por una política de seguridad. Uno de los problemas que hemos tenido en el país es que una de las voces, como la del doctor Ramón Custodio, que se escuchan hasta en la noche como esos clamores de fantasmas que se oyen a medianoche, es un grito en medio del desierto porque no hay repercusión de eso, no hay eco. Cuando hay eco las buenas ideas rebotan, porque hay quien las estimula. Aquí hay posiciones sanas y saludables, pero nadie les pone atención.

Con tanta indiferencia, ¿hacia dónde se encamina Honduras? A una situación muy tenebrosa, porque no hay una sola política de este gobierno en particular. Y no quiero dejar solo al presidente Porfirio Lobo en esto, incluyamos los gobiernos anteriores, de administrar el país de manera efectiva y profesional.

¿Con la crisis del Bajo Aguán alguien se estará beneficiando? Claro, provoca cierta rentabilidad a ciertas personas con intereses muy aviesos. Yo tengo la impresión que todos estos movimientos requieren de recursos sustanciosos.
Las personas que pudieran estar interesadas que esto continúe son gente que utiliza la vida de los campesinos para sus propósitos malignos.

¿Quiénes se preocupan por ellos? Nadie, sin embargo, los que sobreviven detrás de bastidores son los que cosechan las mieles de estas acciones. Que hay beneficiados, sí hay beneficiados, ¿quiénes podrían ser?
Eso es hipotético, los que están recibiendo recursos de fuentes internas y externas para continuar con esto. Esto no se hace de gratis. No hay movilizaciones de tantas personas en manifestaciones públicas de gratis. El transporte, la alimentación no es gratis, alguien está sufragando esto.